BASF avanza a la transformación de sus procesos productivos en Ludwigshafen. En la ciudad industrial, el mayor productor químico del mundo tiene su sede central, donde ahora construirá su planta de fermentación para productos fitosanitarios. La nueva infraestructura tendrá una inversión de “millones de euros de dos dígitos”, por un monto exacto no revelado por la firma.
La planta fabricará productos que aporten valor a los agricultores, como biofungicidas y tratamiento biológico de semillas. BASF también tiene previsto utilizar la planta para producir el ingrediente principal de Inscalis®, un nuevo bioinsecticida derivado de un hongo. Se espera que la nueva fábrica comience sus operaciones en el segundo semestre de 2025 y que dará empleo a 30 personas en producción, logística, ingeniería y mantenimiento.
Para convertir materias primas renovables como la glucosa, en los distintos productos del portafolio de BASF, la planta utilizará la fermentación por microrganismos. El vicepresidente Senior de Marketing Estratégico Global de la empresa, Marko Grozdanovic, señaló que la demanda creciente de productos biológicos para la protección de cultivos los impulsó a invertir para fortalecer su cartera de productos.
″Además, la fermentación es una tecnología muy flexible que nos permitirá introducir en el mercado más productos innovadores derivados de la biotecnología en el futuro″, añadió.
Por su parte, Christian Aucoin, vicepresidente Senior de Operaciones Globales de BASF Agricultural Solutions, explicó que se trata de un paso en la transición hacia procesos de producción innovadores, con menor intensidad energética y basados en materias primas renovables. ″El emplazamiento ofrece excelentes sinergias gracias a su buena infraestructura, la integración en una organización de producción de alto rendimiento ya existente y la proximidad de unidades de investigación como White Biotechnology″, puntualizó.