Diatraea spp.

Control biológico aumentativo y por conservación, la estrategia para mantener a raya el barrenador de la caña

20 de May de 2025

Avispita parasitoide de larvas Cotesia flavipes.

El barrenador Diatraea spp. es una plaga de importancia económica en la agroindustria de la caña de azúcar. Actualmente según cuenta Carolina Camargo Gil, líder del Grupo de Entomología del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar en Colombia (Cenicaña), su control es exclusivamente biológico.

Ximena González Vidal

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El cultivo de caña de azúcar es afectado por diferentes plagas y enfermedades, entre las que se destaca el complejo de gusanos barrenadores del género Diatraea spp. por el daño directo que hacen las larvas de estos insectos al alimentarse de los tallos. Su acción reduce el peso de la caña cosechada y además disminuye el ´porcentaje de sacarosa.

Esto ha hecho que la Diatraea se convierta en un dolor de cabeza para los productores. Así lo destaca Carolina Camargo Gil, líder del Grupo de Entomología del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar en Colombia (Cenicaña). Dice que un 1% de infestación que haya en el cultivo es una tonelada de caña menos o 135 kilogramos menos de azúcar por hectárea.

Para precisar los niveles de infestación por Diatraea, se evalúa periódicamente alrededor del 50% del área sembrada, que en el caso del Valle geográfico del rio Cauca (Cauca, Valle del Cauca, Caldas, Risaralda y Quindío) es de 240.000 hectáreas de caña. “En 2024 el monitoreo de Diatraea  mostró una intensidad de infestación del 2,35% , cifra que está por debajo del umbral económico que en la zona se ubica en 2,50%, es decir, los cultivos con ese nivel de infestación son económicamente manejables y rentables” dice y recalca que, para frenar su avance y reducir las pérdidas, el control biológico ha sido el mejor aliado para los productores de caña en Colombia ya que es una estrategia económica, social y ambientalmente sostenible en comparación con los insecticidas químicos

Actualmente, para darle manejo a Diatraea se utiliza el control biológico aumentativo y por conservación. El aumentativo consiste en la liberación de enemigos naturales y el de conservación en mantener refugios de arvenses para que haya insectos benéficos en el campo que mantengan el equilibrio de los insectos plaga. Estos tipos de control se complementan entre sí.

Larva de Diatraea spp.

Diatraea busckella and Diatraea tabernella, LAS ESPECIES PREDOMINANTES EN COLOMBIA

Si bien se tiene determinada la existencia de cuatro especies: Diatraea saccharalis, Diatraea indigenella, Diatraea busckella y Diatraea tabernella, éstas últimas son las especies dominantes. La razón, es que, estas dos especies ponen sus huevos de manera más dispersa a diferencia de D. saccharalis que pone los huevos en masa. “Cuando se libera un insecto parasitoide que viene a controlar esa plaga, el control es más efectivo en la especie que pone los huevos en masa, pero no tanto en la especie que los pone dispersos, por lo que estas dos especies requieren un control más riguroso con mayor cantidad de liberaciones en campo para alcanzar la efectividad esperada”, sostiene la experta.

Estas dos especies también son dominantes en otras industrias azucareras en Latinoamérica, como Costa Rica y Panamá, con las cuales Colombia comparte muchas experiencias de control biológico. Sin embargo, en otras industrias como Brasil o Argentina domina D. saccharalis, lo cual crea diferencias a la hora de tomar medidas de manejo en esos países, ya que en Colombia ya no se presenta esta misma especie, y, por tanto, las estrategias de control deben adaptarse a las especies locales predominantes.

La mosca Genea jaynesi es una de las alternativas para que los productores promuevan el control biológico natural.

En Colombia el control se basa principalmente en el uso de tres enemigos naturales: las moscas taquínidas como Lydella minense y la avispa Cotesia flavipes que son capaces de atacar el estado de larva de diferentes especies de Diatraea y la microavispa Trichogramma exiguum que ataca el estado de huevo.

Es fundamental que el control se inicie desde los primeros meses del cultivo, en la ventana de los 2.5 a los siete meses donde se hacen más fáciles las liberaciones. Apartir de los siete meses, el crecimiento de la caña dificulta el acceso a los lotes, lo que limita la efectividad de las estrategias convencionales. Ante esta situación, Cenicaña ha evaluado el uso de drones para la liberación de Trichogramma- como una alternativa viable en cultivos de mayor edad y en zonas con altas intensidades de infestación.

Por otro lado, la afectividad del control va más allá del estado o ciclo de desarrollo de la plaga. Camargo menciona que esta dependerá tanto de la constancia como del mantenimiento de refugios de arvenses alrededor del cultivo. “De esta manera vamos a permitir que los controladores biológicos que liberemos se reproduzcan y se establezcan en el campo”, comenta Camargo.

Además de la liberación de los tres enemigos naturales ya mencionados, actualmente se cuenta con las moscas taquínidas de la especie Genea jaynesi, un controlador natural que promueve el Programa de Control Biológico por Conservación y que actualmente es uno de los mejores reguladores de los barrenadores del tallo en toda la región.

De hecho, algunos estudios indican que Genea jaynesi representa actualmente alrededor del 60% de la comunidad de parasitoides de larvas de Diatraea presentes en el Valle del río Cauca, lo que la posiciona como una de las especies clave en las estrategias de control biológico de esta plaga. Por ello, constantemente se realizan esfuerzos con los corredores biológicos, conformados por arvenses con flor, especies vegetales arbustivas y relictos de bosque que actúan como refugio y fuente de alimento para los parasitoides y otros organismos benéficos. Estos corredores cumplen un papel fundamental en la regulación natural de las plagas de la caña de azúcar, contribuyendo a mantener la sanidad del cultivo y reduciendo la dependencia de controles químicos.

Precisamente, Cenicaña cuenta con un proyecto importante llamado “Caña Biodiversa” donde se promueve el mantenimiento de franjas de vegetación que den un refugio a los controladores que se liberan y a esta mosca nativa. Se les mantiene un hábitat para que se establezcan en el campo.  Gracias a este tipo de control aumentativo y por conservación, actualmente el barrenador del tallo ha tenido una intensidad de infestación promedio por debajo del 2,5%. “En algunas zonas donde no se hacen liberaciones se pueden tener reportes entre el 10% a 12% de infestación por Diatraea”, dice la líder del Grupo de Entomología de Cenicaña.

Los barrenadores del género Diatraea spp. son la plaga más importante del cultivo de la caña de azúcar en Colombia.

LAS LIBERACIONES DEPENDERÁN DEL NIVEL DE INSFESTACIÓN DE LA PLAGAS

Si bien el número de liberaciones de controladores biológicos va a depender del nivel de infestación en el campo, se recomiendan como mínimo tres. Si hay niveles altos es necesario hacer liberaciones adicionales.

“Para que haya un control eficiente como mínimo debemos liberar por hectárea unas 50 pulgadas de Trichogramma exiguum, 2 gramos de Cotesia flavipes y 50 individuos de moscas taquínidas. Sin embargo, esto es algo que analizamos con los ingenios azucareros para definir cuál es la dosis apropiada según sus especies y diagnósticos tanto del número de larvas como del parasitismo de sus controladores”, dice.

Finalmente, la entomóloga de Cenicaña puntualiza que, en Colombia la cultura del control biológico existe y está arraigada entre los cañicultores y todos los actores del sector azucarero. Hoy son conscientes de las pérdidas que genera la Diatraea. “Esta es una plaga de control oficial en Colombia, y por Ley se debe controlar con la liberación de controladores biológicos y mantener vigilancia y monitoreo de sus especies y la intensidad de infestación”. Sin embargo, dice que, el control biológico es una estrategia de control que en la industria lleva más de 40 años y que se mantiene gracias a la evaluación constante de su efectividad, pues por encima de ser una plaga de control oficial prima la cultura de la práctica de control biológico como estrategia de manejo de esta plaga.

“En el Valle del Cauca, el 100% del área cultivada con caña de azúcar se beneficia de programas de control biológico, tanto aumentativo como por conservación, lo que ha permitido alcanzar independencia del uso de insecticidas para el manejo de Diatraea, consolidando un enfoque sostenible y compatible con la conservación de la fauna benéfica”, concluye.

CENICAÑA CONTRIBUYE A LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE LOS INSUMOS BIOLÓGICOS

Cenicaña viene desarrollando un proyecto donde evalúan la calidad de los insumos biológicos que se liberan en la industria. Para ello han desarrollado protocolos de calidad, además, verifican de manera conjunta con los laboratorios, que a los ingenios se les entreguen insumos de calidad. Así lo destaca Camargo y añade que, actualmente en el Valle del Cauca hay 15 laboratorios de controladores biológicos entre ellos 4 ingenios que ya tienen sus propios laboratorios de producción de controladores biológicos.

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