En la búsqueda de nuevos procesos para generar alternativas sustentables para todos los procesos de la agricultura, investigadores de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), en el estado de São Paulo, Brasil, desarrollaron, una película a base de algas y nanocelulosa como recipiente para reproducir la planta.
Este avance fue realizado en colaboración con un productor de anturios (Anthurium andreanum), con la intención de reemplazar el material importado utilizado por el agricultor, pero también porque este filme creado por los investigadores es capaz de liberar fertilizante lentamente en el sustrato.
Según señala el sitio Fapesp, que reportó la historia, incluso con algunas adaptaciones, podrá utilizarse en la reproducción de diversos cultivos, además del ornamental anturio.
En busca de un diferencial frente al producto importado, el equipo de UFSCar tuvo la idea de usar carragenina (sustancia extraída de algas rojas) y alginato (obtenido de algas marinas pardas) como medio para almacenar un fertilizante, el MAP (fosfato monoamónico, compuesto químico de fórmula NH₄H₂PO₄), ampliamente empleado en distintos cultivos.
De acuerdo a los investigadores, el desafío de usar polímeros como la carragenina y el alginato es obtener materiales resistentes, ya que tienden a disolverse rápidamente al contacto con el agua. Para ello, añadieron nanofibras de celulosa al material, en diferentes concentraciones, con la expectativa de mejorar sus propiedades mecánicas, físicas, químicas y térmicas.
Gracias a esto, el equipo obtuvo una película con la que moldearon macetitas (de 4 cm de altura por 3.5 cm de diámetro) que pueden sustituir las tradicionalmente usadas en la reproducción de la planta, manteniendo las propiedades de sostener la estructura de la planta, pero sin ofrecer resistencia al sistema radicular.
Los investigadores señalan además que la liberación de nutrientes ocurre por la diferencia de potencial entre el material enriquecido con fertilizante y el sustrato de la planta, que no contiene la sustancia.
Para su elaboración, los científicos fabricaron placas de 10 x 20 centímetros del material utilizando una impresora 3D con filamento de ABS (resina termoplástica derivada del petróleo, obtenida a partir de la combinación de tres monómeros: acrilonitrilo, butadieno y estireno). Luego, enrollaron la película sobre un molde de acero redondo y la pegaron para formar las macetitas.
Los científicos destacaron en la publicación que la película a base de algas y nanocelulosa tiene varias ventajas, como promover el ahorro de fertilizantes, ya que hay menos pérdida por lixiviación (el alga retiene los compuestos, que no se pierden con la lluvia o el riego) y puede evitar el uso de plástico, ya que también puede sustituir las esferas de microplástico que se usan en la agricultura a gran escala para la liberación de fertilizantes.
La ventaja final: a diferencia del plástico, el material es biodegradable, y después de 90 días prácticamente desaparece.

