En México, el frijol enfrenta un problema durante su almacenamiento: al ataque del gorgojo pinto (Zabrotes subfasciatus) que genera pérdidas del 35%. Tradicionalmente, el control de esta plaga se ha basado en el uso de insecticidas químicos, pero la búsqueda de métodos naturales cobra relevancia para la sostenibilidad.
Un reciente estudio analizó el impacto del uso de polvos vegetales. Se trata del eucalipto (Eucalyptus globulus) y tagetes (Tagetes erecta) en tres variedades de frijol (Negro, Peruano y Flor de Mayo). La aplicación consistió en dos métodos de secado de los polvos, natural y liofilizado, para observar la mortalidad del gorgojo y la calidad de la semilla.
Los resultados fueron claros: el polvo de eucalipto logró una mortalidad del 71.41% en 96 horas. Por su parte, el tagetes sólo alcanzó el 52.93%, lo que demuestra que el eucalipto es 25.87% más efectivo. Además, la semilla tratada con estos polvos mantuvo un 87% de viabilidad para siembra, es decir, una opción viable para la agricultura tradicional.
Este hallazgo representa un paso para la reducción del uso de químicos en el almacenamiento del frijol. En 2021, el cultivo alcanzó una producción nacional de 1.176 millones de toneladas. México importa el 9% de su consumo anual de frijol y la mejora en su conservación es clave para la seguridad alimentaria y la economía agrícola.
La investigación sugiere que los polvos vegetales pueden ser una solución sustentable y de bajo costo. Esto especialmente en regiones donde el acceso a insecticidas es limitado o donde se busca una producción más limpia y segura para el consumidor.