La soja es un cultivo que proporciona proteínas, aceite vitaminas y otros nutrientes esenciales para el consumo humano. Entre las enfermedades que afectan al cultivo se encuentra la podredumbre de la raíz, causada por Fusarium oxysporum. Esta grave enfermedad, que se transmite por el suelo en los campos de soja de todo el mundo, afecta negativamente el rendimiento y la calidad del cultivo. Actualmente su control se basa en métodos convencionales como tratamiento de semillas y pulverización foliar con fungicidas, pero la creciente preocupación por reducir la carga química de los sistemas agroalimentarios hace necesario buscar otras alternativas.
Precisamente eso fue lo que hizo un grupo de investigadores de la Academia de Conservación y Utilización del Suelo y de la Universidad Agrícola del Noreste, ambas ubicadas en la provincia de Heilongjiang, China, y que recientemente publicaron en la revista científica Frontiers. Dado que Bacillus spp. produce esporas resistentes al estrés y muestra resistencia a condiciones extremas, reproducción rápida y gran capacidad de colonización, y sus poblaciones pueden coexistir con otras poblaciones bacterianas en el suelo y la rizosfera sin efectos negativos, los investigadores eligieron especies de Bacillus como factor alternativo de biocontrol para prevenir y manejar la podredumbre de la raíz causada por F. oxysporumin.
Aislaron 324 cepas bacterianas del suelo de la rizosfera de campos de soja situados en Harbin, en la provincia de Heilongjiang, que luego se incubaron por 72 horas a una temperatura de 28°C, para seleccionar y purificar colonias bacterianas con propiedades biocontroladoras. Por otro lado, el patógeno objetivo, Fusarium oxysporum, se preservó y cultivó para luego inocularlo en plantas modelo.
EFECTOS BIOCONTROLADORES DE BVE7
El equipo identificó la cepa BVE7, aislada del suelo como B. velezensis, que presenta una actividad de amplio espectro contra varios patógenos causantes de la podredumbre de la raíz causada por Fusarium oxysporum. El filtrado estéril de BVE7, a una concentración del 10%, demostró una actividad antifúngica significativa al inhibir la germinación conidial, la producción y el crecimiento micelial de F. oxysporum en un 61,11%, 73,44% y 85,42%, respectivamente, causando malformaciones hifales.
Además, la cepa produjo un compuesto antifúngico que demostró su adaptabilidad a un entorno estándar. Al aplicar el experimento en macetas, se demostró que la suspensión de BVE7 podía controlar eficazmente la podredumbre de la raíz de la soja, con una eficacia de control máxima del 75,13%. Otros efectos fueron: aumento considerablemente de la actividad de la catalasa, la fenilalanina amoníaco liasa, la superóxido dismutasa y la peroxidasa en las raíces de soja, al tiempo que evitó un aumento de la actividad del malondialdehído. El mejoramiento de la resistencia del huésped frente a los patógenos redujo los daños causados por los hongos y la gravedad de la podredumbre de la raíz de la soja.
Los resultados destacaron las propiedades regionales y adaptativas de la cepa seleccionada, convirtiéndola en “una excelente candidata para combatir la podredumbre de la raíz de la soja en diversos entornos”, según subrayaron los investigadores, que concluyeron que B. velezensis BVE7 demostró potencial para reducir eficazmente la incidencia de la enfermedad y puede considerarse una opción viable para su manejo.
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