Con el fin de encontrar mecanismos de detección temprana de nemátodos y ayudar así al sustento de la industria agrícola, incluyendo a pequeños y medianos agricultores, en la Universidad de La Serena se están desarrollando variadas investigaciones para ayudar a controlar a estos pequeños microorganismos, que al alimentarse de las raíces de las plantas, generan problemas directos asociados a necrosis y debilitamiento de tejidos, reducción de capacidad de absorción de agua y nutrientes en las raíces, entre otros y problemas indirectos, asociados a la generación de heridas que son vía de entrada para otros patógenos de suelo y a la propagación de partículas virales, inyectándolas a través de sus estiletes, al interior de las plantas.
En tal sentido, la académica del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, la fitopatóloga y nematóloga, Carol Krausz, advirtió que en la Región de Coquimbo existe una amenaza latente: se trata de Globodera rostochiensis, mejor conocido como nematodo dorado que afecta directamente a las papas.
“El nematodo dorado genera problemas en el cultivo de papas específicamente y aunque se encuentra también en otras regiones de la zona central de Chile, se localiza principalmente en la Región de Coquimbo; por lo mismo, el laboratorio de Fitosanidad de la Universidad de la Serena es uno de los pocos, que se dedica a hacer investigación respecto a este nematodo”, aseguró.
La experta explicó que este nematodo tiene la particularidad de generar estructuras de resistencia en las raíces de la papa. Estos quistes pueden permanecer más de 15 años en el suelo, lo que hace que la efectividad de control sea baja, ya que resisten la aplicación de nematicidas y tienen la capacidad de permanecer incluso cuando no hay cultivos de papas, activándose a través de los exudados radiculares de papa.
Krausz también detalló que “a diferencia de otros nematodos, este no afecta los tubérculos directamente, pero sí afecta el rendimiento y la calidad de las papas, mermando su crecimiento y desarrollo, ya que las raíces son las estructuras de alimentación de la planta, por lo que no hay una buena absorción de nutrientes y agua para que la planta funcione bien”.
En este sentido, la académica destaca que, como universidad han dado a conocer la problemática de los nematodos, lo que en este caso es crucial, ya que esta región era una zona productora de alrededor de 7.000 hectáreas de papa, con altas producciones, pero con la sequía y enfermedades, se ha encarecido el costo de este cultivo, y en los últimos cinco años se ha pasado a 2.300 hectáreas productivas, con rendimientos bastante variables.
LAS SEMILLAS DE PAPAYA HAN MOSTRADO CAPACIDAD DE CONTROL
En relación a este problemática, Krausz recalcó que “en la Universidad de La Serena, actualmente estamos haciendo un reporte de todas las variedades comerciales de papa que hay en Chile, y levantamiento de ensayos para aplicación de pruebas que determinen la resistencia al nemátodo dorado, resultados que publicaremos prontamente, con el fin de que los agricultores puedan tomar una decisión informada respecto a qué variedad cultivar”.
Esto, dice, tiene especial importancia, ya que cuando se tiene un suelo altamente contaminado y se quiere plantar papas con fines comerciales, es bueno saber cuál será la variedad menos susceptible.
En suma a esto, la investigadora Krausz indicó que, el resto de las investigaciones están orientadas a buscar alternativas orgánicas de control del nematodo dorado de la papa, es decir, extractos de distintos tipos de vegetales y plantas nativas. “Hemos ido descubriendo que algunos tienen un efecto de repelencia y otros tienen un efecto directo de control”, dice.
“Probamos con extractos de semillas de papaya que obtuvimos de residuos industriales de la agroindustria de la Región de Coquimbo y llegamos a tener un porcentaje de control por sobre el 80%, lo que es un resultado bastante promisorio”, comenta.
En línea con esto, la experta recalcó que la papaína tiene distintas proteínas que pueden ser tóxicas para ciertos patógenos, por eso, se les ocurrió aplicarlo en pequeña escala sobre nematodos.
Finalmente, destacó que “el sentido de buscar extractos orgánicos naturales que provienen de sustancias vegetales para el control de nematodos, tiene que ver con la economía circular, queriendo darle otra alternativa a un desecho industrial como es la semilla de papaya, además de continuar en la búsqueda de alternativas más sustentables para la producción de alimentos inocuos y de calidad, reduciendo el uso de plaguicidas organosintéticos”.

