En 2022, Brasil alcanzó un hito en la industria global de biológicos. Si bien no hay cifras estandarizadas a nivel global, es muy probable que este país sudamericano haya alcanzado la posición del mayor productor y consumidor de agentes de control biológico agrícolas del planeta. Nos referimos con esto al uso de fórmulas biológicas que protegen a los campos de distintas plagas y enfermedades.
La superficie que el país cubre con algunas de estas soluciones no están documentadas en ninguna otra parte del mundo. Se estima que, durante el año pasado, el área bajo control biológico en Brasil llegó a, aproximadamente, 70 millones de hectáreas. Esto es más que la superficie total de países como Alemania, Francia o España. De ellas, 41 millones de hectáreas se trataron con biopesticidas registrados (Spark Smarter Decisions, 2022; C. Limberger), 24 millones de hectáreas con biopesticidas producidos por los propios agricultores (Blink Strategic Projects, 2022) y 5 millones de hectáreas con control biológico clásico y plantaciones de bosques.
Es importante resaltar que es una aproximación gruesa, incompleta y, probablemente, subestimada del uso de biocontrol en Brasil. Bueno et al. (2020) estimaron que el área bajo control biológico fue de más de 33 millones de hectáreas en 2018. De esta manera, estamos hablando de un crecimiento anual de 45% durante el último lustro.
Estas cifras solo se pudieron alcanzar gracias al cultivo a gran escala de granos. El principal son las cerca de 42 millones de hectáreas de soja. Pero también hay 22 millones de hectáreas de maíz (buena parte de la cual se cultiva en contraestación en la misma superficie que la soja), así como el cultivo de caña de azúcar, en unas 9 millones de hectáreas, y unas 2 millones de hectáreas de café (Agrianual, 2022). También se deben considerar las áreas de cultivo de eucalipto, algodón, trigo, arroz, frijoles, cítricos y bananas, entre otros.
LA GRAN ESTRATEGIA MICROBIANA
Mientras que en muchos países el control biológico se realiza con macroorganismos, el diferencial brasileño es el uso intensivo de agentes microbianos de control biológico, principalmente bacterias (Bacillus spp.) y hongos (Trichoderma, Metarhizium, Beauveria and Paecilomyces, entre otros). Según las estimaciones, en 2022 se trataron alrededor de 36 millones de hectáreas con agentes microbianos (C. Limberger, 2022). La producción, comercialización, distribución y aplicación de los agentes microbianos son más sencillas, pudiendo ser aplicados fácilmente en grandes extensiones agrícolas utilizando los implementos agrícolas de siempre.
Teniendo en cuenta solo los biopesticidas registrados, los bionematicidas son responsables del 44% del área bajo control biológico. De hecho, la evolución del uso de bionematicidas en el país ha sido impresionante. De representar el 6% del mercado de productos contra nematodos en 2015, pasó al 75% en 2022. Al mismo tiempo, el mercado de nematicidas químicos se redujo del 94% en 2015 al 25% en 2022. El aumento del uso de bionematicidas está relacionado con su menor costo y también con las restricciones impuestas a varios nematicidas químicos.
Esto recibió un impulso regulatorio. Los cambios en las normas de registro de productos biológicos, además de darles prioridad, los hicieron más simples, más baratos y menos burocráticos que los pesticidas químicos. Esto, hizo saltar el número de productos biológicos registrados en Brasil. En 2011, llegaban a solo 26; en 2022 se catapultaron a más de 500 (Agrofit, 2023).
También es importante considerar que en Brasil existe una modalidad de registro de productos biológicos para uso en la agricultura orgánica, que también facilitó su permiso.
EL BOOM DE LA PRODUCCIÓN ON-FARM
Además de los productos registrados en el Ministerio de Agricultura, existe la posibilidad de que los agricultores produzcan legalmente sus agentes de biocontrol en sus propios recintos. Se trata de la producción de lo que se conoce como producción on-farm o casera. Esta modalidad está creciendo en Brasil, tanto para la multiplicación de bacterias, como Bacillus spp., así como hongos, del tipo Trichoderma spp., Beauveria bassiana and Metarhizium spp.
La producción on-farm es realizada por grandes agricultores que instalan sus propios laboratorios de producción o biofábricas en sus campos. Se trata, no obstante, de soluciones solo para uso propio, pues está prohibida su comercialización (a menos que se lleve a cabo el registro en el Ministerio de Agricultura).
La producción on-farm está fomentando el crecimiento de una industria destinada a esta actividad, con ventas de fermentadores, medios de cultivo y cepas o aislados de los bioagentes, entre otros. Esta modalidad de producción que, si bien se ha masificado reciente, en realidad es una tradición antigua: se lleva a cabo desde la década de 1970. En sus inicios, la producción era básicamente de Metarhizium anisopliae para el control de la cigarrita de los pastos (Deois flavopicta) y de las distintas variedades de la cigarrita en la caña de azúcar. Muchas de las instalaciones de producción en la granja existentes en el país son altamente tecnificadas y están operadas por profesionales capacitados. Sin embargo, también existen instalaciones más sencillas. Muchos vieron en esto una oportunidad comercial por lo que muchas de estas iniciativas on-farm, resultaron en la creación de nuevas empresas de productos biológicos en el país que han estado registrando sus productos.
DEFINICIÓN AMPLIA DEL CONCEPTO DE BIOINSUMO
El diseño de las políticas públicas para impulsar el uso de productos biológicos en la agricultura brasileña, ha tenido como centro el Programa de Bioinsumos del Ministerio de Agricultura, a través del Decreto 10.375 de 26/02/2020. Este se fundó con el objetivo “de ampliar y fortalecer la utilización de bioinsumos en el país para beneficiar al sector agropecuario”. En este sentido, el término “bioinsumos” se presentó como “el producto, el proceso o la tecnología de origen vegetal, animal o microbiano, destinado al uso en la producción, el almacenamiento y el beneficio de productos agropecuarios, en los sistemas de producción acuáticos o de bosques plantados, que interfieran positivamente en el crecimiento, el desarrollo y el mecanismo de respuesta de animales, plantas, microrganismos y sustancias derivadas y que interactúen con los productos y los procesos físico-químicos y biológicos”.
Esta larga y amplia definición de bioinsumo hizo que el foco no solo quedara en el control biológico, como ha ocurrido en muchos países del mundo. También el incentivo para el empleo de productos biológicos como bioestimulantes y biofertilizantes. Este programa forma parte de un importante debate regulatorio con mucha participación social.
CASOS DE ÉXITO FUNDAMENTALES
Todo esto, por supuesto, no se inicia de la nada. Brasil lleva décadas experimentando de manera exitosa en el combate de plagas y enfermedades importantes con productos biológicos. En la década de 1960, el uso de Metarhizium anisopliae para controlar la cigarrita de caña de azúcar y el virus de la tristeza de los cítricos tuvo buenos resultados. También los tuvo el uso de Baculovirus para controlar la oruga de la soja en la década de 1970. En la misma década, el control de la broca de la caña de azúcar mediante el uso de Cotesia flavipes se convirtió en una estrategia de manejo estándar en todo el país. El uso de Trichoderma a partir de la década de 1980 también fue fundamental para la expansión del empleo de agentes de biocontrol.
El éxito de estas estrategias fomentadas por la investigación estimuló inversiones en estudios tanto de biocontrol de plagas como de enfermedades de plantas en las décadas siguientes.
Actualmente, para cada enfermedad de planta relevante, como por ejemplo la roya asiática de la soja, la roya del cafeto y el moho blanco, existe al menos un producto de biocontrol registrado.
Sin embargo, el mismo éxito no se obtuvo con el biocontrol de plantas invasoras, lo que ha hecho que no haya bioherbicidas registrados aún en el país.
LOS NUEVOS RETOS
Para que el crecimiento del control biológico en Brasil continúe al ritmo de los últimos cinco años, es decir, con una tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) de aproximadamente el 45%, es necesario que se implementen medidas urgentes.
De forma simplificada, la sugerencia se compone de seis partes: 1) Desarrollo de bioherbicidas: Esto es relevante, pues que no existen productos disponibles en el mercado brasileño para controlar las malas hierbas, lo que hace que los herbicidas químicos se utilicen de manera extensiva en todos los principales cultivos agrícolas del país; 2) Desarrollo de técnicas de fermentación líquida para la producción de hongos utilizados como bioagentes: esto es necesario debido pues la producción actualmente se realiza utilizando granos de arroz y Brasil es un gran consumidor de este grano como alimento; 3) Productos para enfermedades específicas: es necesario crear técnicas de biocontrol para la roya asiática de la soja, de la roya del cafeto y de oidios en varios cultivos exclusivamente con agentes de control biológico, pues ahora dependen principalmente de opciones químicas; 4) Adaptación al cambio climático: es importante una selección de nuevos agentes de biocontrol que tengan estas características; 5) Más funcionalidades: es relevante el desarrollo de agentes de biocontrol que aumenten la eficiencia del uso de nitrógeno y alivien los estreses abióticos teniendo en cuenta los cambios climáticos; 6) Formación humana: es necesaria una mayor capacitación de los involucrados en las cadenas productivas en control biológico.
Con inversiones en estos y otros aspectos, el crecimiento futuro está asegurado. Creo que el 100% de los grandes agricultores brasileños podrían llegar a utilizar microorganismos dentro de cinco años como estrategias de control. Con ello, los productos biológicos ocuparán, al menos, el 30% del mercado de los pesticidas químicos en menos de 25 años.
REFERENCIAS
Agrianual. 2022. Anuário da Agricultura Brasileira.: IHS Markit, São Paulo.
Agrofit. 2023. Sistema de Agrotóxicos Fitossanitários. http://agrofit.agricultura.gov.br/agrofit_cons/principal_agrofit_cons.
Blink Strategic Projects. 2022. Personal communication.
Bueno, A. F. et al. 2020. Indicadores para o controle biológico no Brasil. Londrina: Embrapa Soja.
C. Limberger. 2022. Personal communication.
Spark Smarter Decisions. 2022. Personal communication.