El sector agrícola brasilero tiene el potencial de ahorrar más de US$2,8 millones ( 15.700 millones de reales brasileros) por cosecha de soja con otro bioinsumo: la Solubilización Biológica de Fosfato (SBF). Así lo destaca la investigación publicada por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea).
La idea es utilizar microorganismos, como hongos y bacterias de los géneros Pseudomonas, Bacillus y Aspergillus, para liberar fosfatos atrapados en el suelo o materia orgánica en formas que las plantas pueden absorber.
Así, la adopción a gran escala de la tecnología permitiría dichos ahorros debido a la disminución en el uso de fertilizantes fosfatados (SSP, TSP, MAP o DAP).
Los análisis fueron desarrollados por los investigadores de la IPEA Bruno Caligaris y José Eustáquio Filho, y por Christiane Paiva, investigadora de la Corporación Brasileña de Investigación Agrícola (Empraba) de Maíz y Sorgo.
Otro punto importante es que la solución demuestra un potencial significativo para aumentar la productividad en el cultivo de soja, entre el 5,9% y el 10,5%. La ganancia máxima sería de 15,5 millones de toneladas más al año.
Según uno de los participantes en el estudio, José Eustáquio Filho, se estima que el 70% del fosfato aplicado mediante fertilizante se ha fijado en el suelo, impidiendo una absorción adecuada por parte de la planta. Explica que el SBF es un proceso similar a la Fijación Biológica de Nitrógeno (BNF), pero actúa como complemento que aumenta la eficiencia del fosfato ya disponible, mientras que el BNF es un sustituto de la fertilización química con nitrógeno. Según el investigador, este último ya se utiliza a gran escala en la agricultura.
De igual forma el investigador menciona que, el impacto ambiental de la Solubilización Biológica de Fosfato (SBF) está intrínsecamente ligado a su capacidad para aumentar la eficiencia del uso de fosfatos, lo que a su vez permite reducir la necesidad de aplicar fertilizantes químicos.
El análisis de los resultados indica que el SBF puede contribuir a la reducción de 1,3 millones a 4,5 millones de toneladas de dióxido de carbono.


