A fines de abril, la empresa chilena Bio Insumos Nativa acordó la venta de parte de sus acciones a Summit Agro South America, subsidiaria del conglomerado japonés de presencia global Sumitomo Corporation. La alianza permitirá acelerar la expansión internacional de la primera, en tanto que la compañía nipona ampliará su portafolio de productos para completar su cadena de valor en bioinsumos agrícolas.
–La asociación con Summit Agro es muy importante para incrementar y facilitar el proceso de distribución –comenta el Dr. Eduardo Donoso, director y uno de los socios fundadores–. Nunca hemos tenido inversionistas, pero sí queremos socios que aporten smart money, no solo dinero, sino hacer crecer todo el negocio y esta tecnología.
Donoso ha visto el crecimiento desde las tres personas que partieron en 2002 a casi 60 actualmente, con presencia en 16 países y una veintena de productos en el mercado. Afirma que es una de las compañías más antiguas en su área a nivel mundial. Esto podría reafirmar la creencia de que el control biológico es una práctica reciente, una idea muy errónea, afirma el entrevistado:
–Es más antiguo que el control químico, tuvo un gran desarrollo en el siglo XIX, y la industria agroquímica solo logró un impulso con posterioridad a la invención del salitre sintético en Alemania durante la Primera Guerra Mundial.
BIOLÓGICOS CADA VEZ MÁS FÁCILES PARA EL AGRICULTOR
Asimismo rebate el prejuicio de que el uso de productos biológicos es más complicado que los de síntesis.
–Es cierto que hay mayores dificultades en algunos aspectos, pero son menores en otros. No tienes que inquietarte por la carencia, tampoco necesitas preocuparte de la fecha límite de aplicación, ni tienes que pensar en los cambios del Codex Alimentarius o a cuál mercado vas a mandar tu producto. Entonces, puede que haya más complejidad en el campo, pero comercialmente te alivia un montón de trabajo.
Hoy los insumos basados en microorganismos se ubican en un alto nivel tecnológico, plantea:
–Los productos “de garaje” o autoproducción son cada vez menos, porque tienen riesgos de pérdida de eficacia o de contaminación, entre otros. A lo mejor no te van a producir cáncer, pero sí podrían llevar Escherichia coli, por poner un caso. Se ha hecho mucho trabajo en formulaciones; las de Bio Insumos Nativa ya soportan la luz ultravioleta, están diseñadas para resistir mejor la desecación. Nos enfocamos en que nuestra tecnología cambie lo menos posible las prácticas del agricultor, que nuestros productos no tapen boquillas, que se dispersen bien, que sean mezclables con otros, que se puedan aplicar con temperaturas altas bajo ciertas condiciones. El agricultor tiene muchos problemas y no solo los que yo voy a resolver. Si necesitas cambiar la idiosincrasia de la gente, tu tecnología es mala.
CIENTOS DE ENSAYOS PERMITEN GARANTIZAR LA EFICACIA
La industria del control biológico ha ido madurando, dice, para superar desafíos complejos. Si un mismo ingrediente activo es ofrecido al 30% de concentración por una marca y al 50% por otra, basta un cálculo fácil para que el agricultor ajuste la dosis y obtenga el mismo resultado. En cambio, dos agentes biológicos de una misma especie, como podría ser Trichoderma gamsii, pero de distinta cepa, tendrán una acción potencialmente muy distinta.
–Esto se debe al tiempo que llevan existiendo en el planeta. Por darte una idea, entre un ser humano y un ornitorrinco la distancia filogenética es menor que entre una araña pequeña y una grande, y probablemente dentro de un orden de hongos haya más distancia genética que en todo el reino animal.
Usando una analogía, con los microorganismos pasa algo similar a la uva: de un mismo racimo se puede hacer jugo, vino, champaña, chicha o pisco. Con procesos diferentes se obtienen efectos diversos partiendo de una misma cepa de hongo o bacteria.
–Así resulta sumamente difícil comparar sobre la base de la etiqueta, lo cual complica la elección para el usuario. En consecuencia, se necesitan datos científicos en ensayos bajo condiciones reales que demuestren los mecanismos de uno u otro bioinsumo. En el último producto que sacamos al mercado, nosotros hicimos alrededor de 300 ensayos para verificar que fuera consistente.
Donoso estima que la falta de consistencia de productos biológicos frecuentemente se debe a su recomendación a partir del mejor desempeño y no del más confiable:
–En nuestras etiquetas no ponemos el resultado más exitoso obtenido en las pruebas, sino el que asegura esa performance en la mayoría de las condiciones. Nosotros decimos que nuestro producto está terminado cuando sabemos sus límites. Puede tener un 90% de eficacia en la mayoría de las condiciones, sin embargo si en algunos casos baja al 50% corresponde indicarlo y así el usuario hace un programa asumiendo este último porcentaje para garantizar la ausencia de fallas, porque el costo de la falla siempre es más alto que el costo del producto. En ese sentido la influencia de las químicas ha sido muy favorable cuando entraron a esta área, al impulsar procesos de estandarización. Hubo un cambio importante, hoy todas las químicas también son biológicas.
EL LABORATORIO DEBE ADAPTARSE A LAS NECESIDADES DEL CAMPO
Donoso insiste en la necesidad de comprobar los resultados en condiciones de terreno:
–Muchas empresas fuertes en la parte biológica terminan cayéndose por su debilidad en la parte agrícola. El laboratorio es importante para que dé respuesta a las necesidades del campo, no que el campo deba adaptarse a lo que hizo el laboratorio. Eso no tiene sentido, porque la variabilidad no está en el laboratorio, está en el campo.
La combinación de lo biológico con lo químico está generando un plus muy potente, apunta el director de Bio Insumos Nativa.
–Y además se agrega la información del satélite, el microbioma… Se están sumando opciones súper interesantes donde se demuestra que la agricultura está en el top del uso de tecnologías. ¿Por qué no usamos robots en el agro? No es porque los agricultores sean primitivos, sino porque los robots son primitivos, y no son capaces de hacer el trabajo con la capacidad de cálculo y la fineza de una persona en labores como la poda, el arreglo de racimo o la cosecha.
En el último tiempo, constata el entrevistado, la gente ya cuestiona cada vez menos por el origen biológico de un insumo y solo se pregunta por su nivel de eficacia en campo.
–Se debe pensar en la estrategia del productor y ubicar los biológicos donde sean mejores para reemplazar a los químicos o para complementarlos. Por ejemplo, a veces se emplea el biológico cuando hay poca incidencia de la enfermedad con el objetivo de eliminar cepas resistentes de manera que después el químico sea más eficiente. Además, se debe enfrentar el retiro de productos de síntesis del mercado, y ahí los biológicos están ocupando un nicho importante, especialmente en reemplazo de los fitosanitarios de amplio espectro.
LAS INNOVACIONES QUE VENDRÁN
En un futuro próximo pronostica importantes avances en los bioinsumos:
–Habrá adelantos en las formulaciones para una mayor durabilidad. Los Bacillus duran dos años, pero entre los hongos el máximo llega a 18 meses en frío, 12 meses en ambiente normal. Para la cadena de distribución resulta muy importante que se mantengan más de una temporada, porque si no se venden en un año se pueden guardar para el siguiente. También se desarrollarán formulaciones para aplicar con dron, de mayor concentración y de fácil uso. Por otra parte, se está trabajando fuertemente en microorganismos que activan genes de las plantas asociados a compuestos beneficiosos como el ácido salicílico, el ácido jasmónico u otros. De esta relación microorganismo-planta se puede sacar mucho más, por ejemplo en el ahorro de nutrientes. Nosotros estamos trabajando en una estrategia en cultivos como papa, maíz y trigo, que podría reducir en un 50% la fertilización.
Son numerosas las líneas de innovación en las cuales avanza Bio Insumos Nativa: manejo de sigatoka en banano mediante aplicaciones al suelo, inducción de resistencia en cacao, tolerancia de las plantas al estrés hídrico en verano, investigaciones de bacteriófagos, extractos de plantas, desarrollo de bioherbicidas… “Vienen hartas cosas”, concluye Eduardo Donoso.