La adaptabilidad es una capacidad cada vez más necesaria para que los cultivos agrícolas puedan crecer y desarrollarse en las actuales condiciones de cambio climático. Para lograrlo, los productores buscan aplicar soluciones que le confieran estas características, usando principalmente, productos biológicos, por sus efectos probados y su sostenibilidad.
Esto es precisamente lo que hace Puna Bio, startup argentina que investiga y desarrolla soluciones biológicas a base de bacterias de hace 3.500 millones de años; los extremófilos. Como su nombre lo indica, estos microorganismos son capaces de resistir temperaturas extremas, falta de nutrientes, sequías severas y nadar en aguas con una salinidad diez veces superior a la del mar, propiedades que la empresa busca transferir a los cultivos.
Su primer desarrollo, Kunza Soja, el primer bioinoculante extremófilo del mundo, mejora sistemáticamente el rendimiento de la soja entre un 10% y 15% en suelos fértiles y permite cultivar en entornos extremos y suelos degradados.
EL BIOFERTILIZANTE CON LA MAYOR FIJACIÓN DE NITRÓGENO DEL MERCADO
Ahora, Puna Bio presentó Kanzama Trigo, un biofertilizante para el tratamiento de semillas de trigo, formulado a base de bacterias extremófilas exclusivas de la empresa, aisladas de la Puna argentina. El producto tiene doble acción, ya que solubiliza el fósforo y presenta la mayor fijación de nitrógeno del mercado, según información compartida por la compañía en sus redes sociales.
Kanzama Trigo es el resultado de más de 20 años de investigación, dos años de ensayos, 22 estudios en los que participaron 12 investigadores y se desarrollaron en 19 localidades diferentes.
Puna Bio indica que el producto permite un aumento del rendimiento de 11%, con una tasa de respuesta positiva del 95%. El aumento del rendimiento por hectárea va entre 250 y 500 kilos, con un retorno de la inversión de 6:1. Como beneficios adicionales, Kanzama Trigo tiene una mayor cobertura vegetal y un mayor número de espigas y granos por metro cuadrado.
