El creciente uso de bioestimulantes en todo el mundo debido a sus grandes beneficios, ha hecho que se comiencen a establecer regulaciones y normativas sobre su uso. La Unión Europea fue la primera en incluir el concepto de bioestimulante en el nuevo reglamento sobre fertilizantes UE 2019/1009.
Se trata del primer marco normativo europeo sobre bioestimulantes que establece normas comunes sobre seguridad, calidad y requisitos de etiquetado para estandarizar el mercado de los bioestimulantes y evitar la competencia desleal entre operadores. Ahora, el desafío para la industria es contar con un mecanismo eficiente para comprobar que los productos bioestimulantes que se comercializan en la UE cumplan con las regulaciones. Una tarea de alta complejidad, considerando la heterogeneidad y amplitud de las formulaciones de bioestimulantes.
Buscando una solución a esto, científicos de la Universidad Autónoma de Madrid desarrollaron una metodología para probar la eficiencia de productos comerciales como potenciales bioestimulantes. Los ensayos se realizaron en cultivos de Capsicum annuum L. o pimiento morrón en condiciones estrictamente hidropónicas y en corto plazo.
Las plantas se regaron con el producto a probar en la dosis recomendada en agua, sin la adición de otras fuentes nutricionales durante 15 días. Tras ese periodo, se obtuvieron los pesos de la raíz y de la parte aérea, la humedad, los índices de clorofila y el contenido nutricional de las hojas, así como el volumen y la morfología de las raíces y las plantas, de manera de poder evaluar los efectos bioestimulantes sobre el crecimiento y el desarrollo de la planta.
También se midió el consumo de agua para analizar si alguno de los productos generaba un mayor ahorro de agua. El estudio concluyó que las soluciones nutritivas con bioestimulantes produjeron un mayor aumento del peso de la planta y un menor porcentaje de humedad foliar, así como mayores valores de clorofila foliar. En cuanto al ahorro de agua, los productos a base de algas, ácidos húmicos y fúlvicos, fueron los que permitieron una mayor eficiencia del recurso hídrico. La metodología desarrollada podría servir para probar a corto plazo el potencial bioestimulante de nuevos productos.
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