Para los franceses de Agrauxine, no hay nada más grande que América Latina. La firma francesa de biológicos agrícolas, subsidiaria del grupo francés Lesaffre, reconoce que esta región del mundo ha sido la más relevante para el desarrollo de sus negocios globales de bioestimulantes y biocontrol.
“En América Latina se origina cerca del 40% de nuestras ventas; es más importante que Francia, es más importante que Europa”, dice Ronan Kempf, quien encabeza el área de márketing y desarrollo de la firma. “Estamos presentes en 45 países con seis geografías estratégicas y dos de de ellas son de América Latina: Brasil y Argentina”, complementa Fabien Achard, responsable del área de bioestimulantes de la compañía.
Ambos estuvieron presentes en SIVAL, la feria de agricultura con la que Francia busca difundir las tecnologías de sus campos al mundo. En ello, el área de las soluciones biológicas para el control y promoción de las plantas ha ido creciendo con fuerza, para lo cual dedicaron un área especial para estos temas, en donde Agrauxine tenía una de las posiciones principales.
UN MERCADO BIOESTIMULADO
La importancia de América Latina para la compañía tiene que ver con el origen de uno de sus productos principales. Se trata de Smartfoil, un bioestimulante contra el estrés abiótico y que es muy usado en cultivos extensivos como soya y trigo. Tras un desarrollo conjunto de investigadores de Francia, Países Bajos, Argentina y Brasil que se extendió por cinco años, se llegó a una fórmula basada en metabolitos obtenidos de la fermentación por levadura de un amplio rango de elementos orgánicos. El producto de aplicación foliar comenzó a usarse a inicios de la década pasada en Argentina y, luego en Brasil. Con su crecimiento en ambos mercados, la solución de Smartfoil ya cubre más de 500.000 hectáreas plantadas con soya, maíz, trigo y maravilla.
“Una de las características de América Latina es que el mercado de bioestimulantes es muy fuerte en cultivos extensivos, lo que es diferente, por ejemplo, en Europa, donde hay más uso en cultivos de especialidad, como en la uva para vino, que tienen una superficie menos”, dice Achard. “Esto hace que, cuando uno puede demostrar buenos resultados, se puede producir un crecimiento muy rápido, porque los cultivos extensivos de América Latina son muy grandes”.
LANZAMIENTOS EN BIOCONTROL
Los ejecutivos señalan que la región está creciendo a tasas de 14%-15% al año en el uso de bioestimulantes, por sobre el 10% que consiguen en Estados Unidos y Europa, su segundo y tercer mercado en importancia. El crecimiento de la región, señala, es solo superado por Asia Pacífico.
Ahora su plan es crecer con más fuerza en el área de biocontrol. La compañía está lanzado este año su fórmula Romeo en Chile, un inductor de resistencia sistémica que protege a las plantas del oídio, el mildiú velloso y la botritis, un biofungicida pensado para cultivos de especialidad como vides, hortalizas y flores. Este lanzamiento sigue al que ya se hizo recientemente en Brasil, donde se introdujo Romeo SC, una versión del mismo biofungicida, pero adaptado para cultivos extensivos, apuntando principalmente a los campos de soya.