América Latina se perfila como la región que en un futuro liderará el mercado de bioestimulantes, que engloba una diversidad de compuestos, como aminoácidos, ácidos orgánicos (húmicos y ácido fúlvico), microbiales y extractos de algas. “Estamos ante un mercado de franco crecimiento. Solo en 2020 estaríamos hablando de un mercado valorizado en US$2.200 millones. Este crecimiento está en un proceso de aceleración”, afirma Manel Cevera, managing partner de Dunham Trimmer, compañía de investigación de mercados especializada en el mercado de productos biológicos y nutrientes de especialidad para el sector agrícola.
La tendencia al alza responde a una serie de ‘drivers’ y tendencias que han favorecido a la industria de bioestimulantes a nivel mundial. Países productores de frutas y hortalizas, como Perú y Chile, no son la excepción.
De acuerdo con las proyecciones de Dunham Trimmer, el mercado de bioestimulantes de esta región registrará tasas de crecimiento de 12,71% entre 2020 y 2025. En ese mismo periodo de análisis, se espera un crecimiento de un 12,53% para Asia Pacífico, de un 10,58% para Europa y de 10,04% para Estados Unidos y Canadá. El experto anota que, aunque la principal región para el mercado de bioestimulantes es Europa, los “factores de crecimiento se han extendido a todo tipo de regiones y de cultivo”.
Cuadro 1. Estimación de crecimiento del mercado de bioestimulantes por región (en %).
Según la entidad, hay dos grandes grupos que conforman el mercado de bioestimulantes: los aminoácidos hidrolizados proteicos y los extractos de algas. En conjunto tienen una participación de mercado de un 61,1%, se espera que su participación se incremente en un punto porcentual al 2025. Le siguen los ácidos húmicos y fúlvicos, con una participación de un 28,3%. Al 2025 la estimación de la compañía de investigación de mercados es que su participación disminuya ligeramente y se sitúe en un 27,2%. “En la categoría de otros incluiría algunos productos en base inorgánica, algunos pocos extractos vegetales y especialmente algunos productos microbiales (en el estudio publicado hasta la fecha, dichos microbiales engloban principalmente las micorrhizas). Alrededor del 70% de este grupo de otros lo ocuparía productos microbiales”, añade Cevera.
Brasil conserva el liderazgo en la región
Si bien en América Latina el mercado de bioestimulantes viene ganando más protagonismo en países como Perú y Chile, Brasil es y continuará siendo el principal mercado en la región. En palabras de Cevera, Brasil es el mejor ejemplo a nivel mundial del potencial de crecimiento de los productos bioestimulantes en cultivos más extensivos. “Hablo principalmente del cultivo de la soya, pero podríamos ampliarlo a otros cultivos extensivos. Esto es debido a que el uso de la soya en Brasil es más intensivo que en otras partes del mundo, empezando por el número de aplicaciones de productos fungicidas que tienen que hacer. El hecho de entrar más a menudo en el cultivo e invertir más en ‘inputs’ hace que, por un lado, la disponibilidad a pagar por añadir el coste del bioestimulante no se vea tan afectada. Por otro lado, este nivel más intensivo crea un estrés en la planta, que es otro factor que ayuda incorporar este tipo de productos”, explica el especialista.
“Asegurar una producción de cultivos de alto valor garantiza el retorno de la inversión que hace que al agricultor le compense incorporar las herramientas bioestimulantes”.
Manel Cevera, managing partner de Dunham Trimmer
Junto a Brasil, México presenta índices de crecimiento elevados. “Ambos son mercados paradigmáticos, en el sentido que presentan índices de crecimiento elevados, con mercados históricos en el uso, manejo y desarrollo de este tipo de productos”, destaca. En el caso de México, el especialista añade que no hay que olvidar que uno de los grandes promotores de crecimiento del uso de bioestimulantes ha sido que, tanto el mercado local como el norteamericano, tienen un poder adquisitivo alto. Eso hace que haya consumidores dispuestos a pagar por hortícolas fuera de estación y que poseen ciertos aspectos cualitativos, como mayor tamaño, mejor color y contenido de azúcar. “Asegurar una producción de cultivos de alto valor garantiza el retorno de la inversión que hace que al agricultor le compense incorporar las herramientas bioestimulantes”, sostiene.
EN UNA AGRICULTURA DE ALTO VALOR. “Asegurar una producción de cultivos de alto valor garantiza el retorno de la inversión que hace el agricultor al incorporar las herramientas bioestimulantes”, sostiene.
Cevera explica que en el caso de Perú y Chile se empieza a dar un uso más intensivo de bioestimulantes, debido a la cultura de exportación de frutas y hortalizas de dichos mercados. “Se espera que Perú tome la delantera a Chile como gran mercado de bioestimulantes”, anticipa Cevera. Por su parte, países como Colombia y Ecuador también se perfilan como potenciales. “En Ecuador, algunos cultivos como el banano son mercados ya acostumbrados en el uso de bioestimulantes”, indica.
Respecto a Centroamérica, recalca que es una región “donde el tema biológico es importante, el nivel de adopción es creciente”, ya que hay cultivos como banano, piña y café que responden muy bien al uso de bioestimulantes. Incluso considera que Cuba debería estar en el radar de la industria de bioestimulantes. “Podemos cometer un error si no tomamos a Cuba como un mercado importante para biológicos. Para ciertos extractos es muy potente. Los nichos son enormes”, manifiesta. Guatemala también es un mercado potencial, ya que hay muchas hortalizas de exportación y un uso alto de productos biológicos.
‘Drivers’ del crecimiento de la industria
La necesidad que tienen los productores de incrementar la resistencia de las plantas al estrés abiótico y de optar por un sistema productivo intensivo, junto a la mayor disponibilidad del consumidor de pagar por un cultivo de calidad, se han convertido en los principales factores que están impulsando el crecimiento del mercado de bioestimulantes. “El productor tiene que actuar preventivamente y llevar su cultivo a un nivel metabólico de resistencia al estrés, tanto a nivel de manejo como a nivel de factores abióticos”, refiere Cevera. Asimismo, sostiene que existe un mayor número de consumidores dispuestos a pagar y consumir frutales que tienen mejores aspectos cualitativos, como mejor tamaño, homogeneidad, contenido de azúcares, sabor y buena formación del fruto. “Si hay un mercado que está dispuesto a pagar, habrá un agricultor dispuesto a invertir”, subraya.
La implementación de sistemas productivos intensivos también está ganando relevancia. Esto debido a que existe la necesidad de incrementar la productividad agrícola, dado la tendencia de mayor crecimiento poblacional. Estimaciones de las ONU sugieren que la población mundial aumentará a alrededor de 9.700 millones para 2050, desde su nivel actual de 7.700 millones. A la par, existe la necesidad de ser más eficientes y sostenibles en la producción agrícola para hacer frente a la escasez de recursos naturales y el cambio climático. “Estos dos términos, de intensidad y sostenibilidad, son aparentementecontradictorios. Sin embargo, precisamente esa contradicción hace que una de las pocas herramientas que realmente ayude a encajar estos dos términos sean los bioestimulantes”, sostiene.
APLICACIÓN FOLIAR. Tratamiento foliar de bioestimulantes en un cultivo de calabacín.
De otro lado, el experto sostiene que en los últimos años se han promulgado políticas favorables al mercado de bioestimulantes. Como referente cita a la Unión Europea, que apunta alcanzar en última instancia la neutralidad climática de aquí a 2050. En este marco, la Comisión de la UE presentó la estrategia ‘Farm to Fork’, que aboga por una producción y consumo más sostenible de alimentos. Esta iniciativa establece objetivos ambiciosos en el uso de pesticidas y fertilizantes, las ventas de antimicrobianos o el aumento de la superficie destinada a cultivos orgánicos, muy en línea con la Estrategia de Biodiversidad 2030.
Y es que la estrategia desplegada por la UE busca reducir en un 50% el uso total de pesticidas químicos y promover el uso de productos biológicos, así como disminuir en un 50% las pérdidas de nutrientes, reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20% y lograr que al menos un 25% de la producción de las tierras agrícolas de la UE tengan certificación ecológica.
El experto además destaca que en América Latina Brasil lanzó recientemente su nueva Política Nacional de Bioinsumos, que promueve el uso de este tipo de productos en todos los cultivos en el país. “Este es un gran ejemplo de promoción y política activa de empleo de bioinsumos”, manifiesta. De esa forma, se busca apoyar la puesta en marcha de fábricas de productos biológicos y promover las acciones encaminadas a estimular la producción, procesado, distribución, marketing y consumo de bioinsumos. Hoy en Brasil más de 2 millones de hectáreas en Brasil ya combaten insectos con bioinsecticidas y más de 40 millones de hectáreas utilizan promotores de crecimientos y bacterias. “Otros países también están haciendo esto, como la India y China”, remarca.
Biofertilizantes, otro nicho en desarrollo
Dado las tendencias favorables para el desarrollo de productos biológicos, se ha desarrollado además el mercado de biofertilizantes. “Los datos más recientes que tenemos es que la cifra al día de hoy estaría en torno a los US$1,3 billones. El 2021 acabaría en US$3,5 billones”, comenta el especialista. Agrega que una parte importante de este mercado está compuesto por inoculantes y fijadores de nitrógeno destinado al cultivo de leguminosas.
“A excepción del caso de la soya, donde hay una serie de innovaciones, que está siendo el principal driver de crecimiento de este mercado de biofertilizantes. Para el resto de leguminosas, el crecimiento de biofertilizantes está más vinculado a lo que pueda crecer la superficie cultivada”, destaca el experto. Esto explica parcialmente por qué Brasil y Argentina son los principales mercados para esta industria, seguidas en menor proporción por México. En un futuro, se proyecta incluir a Paraguay y Bolivia como países claves en biofertilizantes.
Factores influenciadores
Para el experto, existen algunos factores que pueden repercutir en el mercado de bioestimulantes. El primero está vinculado a la presión por conseguir una mayor diferenciación a fin de uir de un riesgo de comoditización (banalización) creciente. “En mi opinión las empresas que liderarán son aquellas que son capaces de mantener un buen acceso al mercado (focalizando su acción a nivel comercial y de marketing, como se ha venido haciendo hasta ahora casi exclusivamente) al mismo tiempo que mueven su foco al I+D y a la promoción de estrategias basadas en la ciencia y calidad”, afirma.
Agrega que no es casual que el año pasado la unidad de negocio Syngenta Crop Protection de Grupo Syngenta adquiriera Valagro, compañía líder de productos biológicos. Y es que esta adquisición estratégica permite a Syngenta desarrollar un negocio de productos biológicos de liderazgo mundial.
Un segundo elemento que ya viene impactando en la industria son las barreras regulatorias a la entrada de este tipo de productos. Existen ya sólidos movimientos en Europa y, en menor medida en Norte América, encaminados a conseguir un marco regulatorio más estandarizado y homogéneo, que seguro va a demandar mayores estudios de validación y contrastación, a la vez que puede abrir la posibilidad de un control más estricto de aquellas empresas que no cumplan con dicho marco regulatorio. esto crea en las empresas que desean liderar el mercado, una presión creciente en incrementar el grado de ensayos y estudios contrastados.
La mayor predisposición de los consumidores por cultivos de alta calidad, pero que a la vez respeten el medio ambiente, continuará siendo en un futuro uno de los principales drivers de crecimiento del mercado de bioestimulantes. Para aprovechar estos vientos a favor, será importante la inversión en investigación y desarrollo, así como la consolidación en los mercados estratégicos para generar mayores sinergias.