La convivencia entre fumigación química y bioestimulantes puede ser incluso beneficiosa para los rendimientos productivos de cultivos como la papa, para enfrentar problemas como la sarna común, e incluso potenciar la actividad microbiana en el suelo.
Esos son los resultados de una investigación realizada por Honoré Tekeu, Thomas Jeanne, Joël D’Astous-Pagé, Richard Hogue, pertenecientes al Laboratorio de Ecología Microbiana del Instituto de Investigación y Desarrollo para el Agroambiente (IRDA) de Canadá.
El estudio, basado en los métodos de control del impacto de la sarna común en el rendimiento y la calidad de la papa, utilizó una secuenciación de alto rendimiento para medir los efectos del fumigante de suelo Cloropicrina -sólo o en combinación-, con bioestimulantes basados en Bacillus de suelo, para evaluar la diversidad bacteriana, en términos de riqueza y composición, así como en las interacciones de la red bacteriana con el suelo.
Cabe destacar que resultados muestran que la sarna común en patata causa pérdidas netas significativas de más del 46.25% en parcelas control, mientras que el uso del fumigante solo y el uso del fumigante con el bioestimulante redujo las pérdidas netas de rendimiento a menos del 2,5%. Estos tratamientos también promovieron aumentos del rendimiento bruto en 7,06% y 8,41%, respectivamente.
Pese a la protección contra la sarna brindada por el uso del fumigante Cloropicrina, el estudio determinó que alteraba significativa y persistentemente la composición de la comunidad bacteriana del suelo durante la temporada de crecimiento. Por ello, se indujo la inoculación de bioestimulante basado en especies de Bacillus al final de la temporada de crecimiento.
Los investigadores señalan que el tratamiento de fumigación por sí solo conduce a una reducción de las interacciones, mientras que la aplicación del bioestimulante, tanto en suelo fumigado como no fumigado, da como resultado un aumento de las interacciones y un mayor número de conexiones dentro de un phylum o entre diferentes taxones.
El resultado más interesante estuvo en que el tratamiento que combina fumigante y bioestimulante muestra un aumento moderado en varias propiedades de la red, lo que proporciona evidencia del efecto positivo de la inoculación de bioestimulantes en las comunidades bacterianas en suelos fumigados.
“Nuestros resultados proporcionan una comprensión más detallada de la estructura y diversidad de la comunidad bacteriana en el suelo de los diferentes tratamientos. Además, descifrar las interacciones de la red en las comunidades bacterianas del suelo es de fundamental importancia para la investigación en la ecología microbiana del suelo de los sistemas de cultivo de papa”, señalan en el artículo científico.
Destacan que los hallazgos de esta investigación resaltan “la intrincada estructura modular y la dinámica de la red dentro de la comunidad bacteriana del suelo”, añadiendo que la aplicación de bioestimulantes y fumigación tuvo efectos significativos en las propiedades de esta red, y el tratamiento con bioestimulantes promovió mayores interacciones y conexiones.
Por ello, sugieren que la implementación de prácticas de manejo integrado de enfermedades puede ser beneficiosa para mejorar la composición bacteriana en el suelo fumigado, lo que lleva a mejorar el nivel de interacciones positivas, tener un control eficaz de la sarna común y un mejor rendimiento del cultivo de papa.
“Hemos destacado la importancia del uso de bioestimulantes como alternativas respetuosas con el medio ambiente a los tratamientos químicos convencionales, contribuyendo así a prácticas agrícolas sostenibles”, concluyen.
Puede revisar el estudio completo aquí.