El suelo es la base de la producción agrícola, por lo que conocer su composición es clave para establecer sistemas productivos robustos y resilientes. Entendiendo esto, la Comisión Permanente de Agricultura y Silvicultura del Senado de Canadá publicó “Suelo crítico: Por qué el suelo es esencial para la salud económica, medioambiental, humana y social de Canadá”, un completo informe sobre el estado del suelo en territorio canadiense, que destaca el papel indispensable del suelo para mitigar el cambio climático, mantener la biodiversidad y garantizar la seguridad alimentaria.
El reporte subraya que el suelo proporciona servicios ecosistémicos que permiten la vida de todas las plantas, animales y seres humanos del planeta, como la purificación y almacenamiento de agua; la regulación del clima y las inundaciones; el ciclo de nutrientes; la retención de carbono; el suministro de alimentos, fibras, combustible y materiales de construcción; el hábitat para organismos; y la base de la infraestructura humana y el patrimonio cultural. En palabras del comité, “el suelo es tan crítico como el aire que respiramos y el agua que bebemos. La salud del suelo es la salud humana, es Una Salud”.
LOS RETOS DEL SUELO CANADIENSE
Si bien se ha avanzado en la gestión del suelo y en la mejora del rendimiento de los cultivos a lo largo de las décadas, el informe advierte sobre la continua degradación del suelo y de la pérdida de tierras agrícolas en todas las regiones de Canadá.
Esta degradación se debe a la combinación de varios factores como el cambio climático, la urbanización, los fenómenos meteorológicos extremos y percepciones anticuadas de los resultados de la gestión del suelo.
La falta de datos exhaustivos sobre la salud del suelo es otro problema reportado. El informe llama a los responsables federales a colaborar con las provincias, los territorios, los gobiernos indígenas, el mundo académico y los productores para desarrollar un sistema sólido de recogida y análisis de datos sobre la productividad del suelo.
“Canadá no puede permitirse esperar otros 40 años para actuar”, sostiene el informe, que insta a tomar medidas inmediatas para proteger y conservar este recurso vital.
EL SUELO COMO ACTIVO NACIONAL ESTRATÉGICO
El informe presenta 25 recomendaciones; seis para comprender mejor el estado de la salud del suelo y su evolución; nueve para crear incentivos e iniciativas relacionados con el suelo; y diez para promover la salud del suelo, la salud humana y un mejor futuro.
Una de las más destacadas es la designación del suelo como activo estratégico nacional, similar a las medidas adoptadas por países como Australia, donde existe un defensor nacional del suelo designado. El comité subraya también la necesidad de una estrategia federal cohesionada en materia de suelos, un vacío evidente que urgen solucionar para salvaguardar los suelos agrícolas y forestales del país.
FINANCIACIÓN DE INICIATIVAS Y EDUCACIÓN
El reporte además releva la importancia de los incentivos basados en el suelo, como los créditos fiscales para los agricultores, la mejora de los seguros de cosechas y un mercado del carbono viable. La financiación de las iniciativas de investigación del suelo, las redes entre iguales y los servicios de extensión también son fundamentales para fomentar la innovación y el intercambio de conocimientos entre los productores.
Para garantizar la consonancia entre la conservación del suelo y el desarrollo urbano, el comité recomienda una planificación integrada del uso del suelo a todos los niveles de gobierno. La educación también desempeña un papel clave, con sugerencias para incorporar la ciencia del suelo a los planes de estudio escolares con el fin de aumentar la concienciación sobre la importancia económica, medioambiental y social del suelo.
FOCO EN UN FUTURO COLABORATIVO
El comité prevé un enfoque colaborativo de la política del suelo, que congregue a los gobiernos federales, provinciales, territoriales, municipales e indígenas. El objetivo es priorizar la prosperidad económica de los productores agrícolas y forestales al tiempo que se abordan los retos de la salud del suelo.
Tras dos años de estudios y análisis, el comité conoció la realidad del suelo canadiense, en peligro de degradación en todas las regiones de Canadá. Además, pudieron observar el trabajo de agricultores, ganaderos, agrónomos, el mundo académico, la industria y los territorios para mejorar la salud del suelo.
“Creemos que la agricultura y los suelos agrícolas canadienses ofrecen soluciones para mitigar los efectos del cambio climático y abordar la seguridad alimentaria en este país”, sostiene el comité. “Mejorar, proteger y preservar el suelo agrícola ahora y en el futuro debe ser una prioridad del Gobierno de Canadá y de todos los canadienses, y debe incorporarse a las políticas de ordenación del territorio”, concluye el reporte.
