Ya no es un misterio que el uso de bioestimulantes microbianos en la agricultura es reconocido como un enfoque sostenible para promover la productividad y la calidad de los cultivos, gracias a una mejor absorción de nutrientes, una mayor tolerancia al estrés y una mayor capacidad para hacer frente a entornos no óptimos.
En ese sentido, investigadores de la Università Cattolica del Sacro Cuore y University School for Advanced Studies, ambos centros de estudio italianos, analizaron comparativamente el efecto de siete tratamientos comerciales diferentes basados en micorrizas en términos de rendimiento, componentes fitoquímicos y características tecnológicas de plantas de la variedad de uva Malvasia di Candia Aromatica (Vitis vinifera L.).
De acuerdo al artículo académico, el análisis metabolómico y el rendimiento fotosintético se investigaron por primera vez en hojas para señalar diferencias bioquímicas relacionadas con el crecimiento de las plantas.
En el viñedo experimental utilizado, realizaron además estudios de ecología fúngica con muestreos periódicos de raíces y suelo de los diferentes tratamientos. Los muestreos se realizaron cada febrero durante 3 años para determinar la colonización fúngica. Las muestras fueron enviadas al laboratorio Biome Makers (Valladolid, España) para su análisis molecular.
En ese estudio, se encontró una mayor eficiencia fotosintética y un mejor funcionamiento de Photosystem II (PSII) en las vides tratadas con bioestimulantes, lo que refleja una disminución general de la fotoinhibición en comparación con las plantas no tratadas.
“La metabolómica no dirigida seguida de estadísticas multivariadas destacó una sólida reprogramación de los metabolitos primarios (lípidos) y secundarios (alcaloides y terpenoides) en las plantas tratadas”, indica el artículo.
En tanto el análisis del rendimiento de bayas y de los componentes químicos mostró diferencias según el producto bioestimulante utilizado, aunque, en general, las bayas obtenidas de plantas tratadas mostraron contenidos mejorados de polifenoles y azúcares, mientras que el rendimiento se mantuvo sin cambios.
Estos resultados sirvieron para aclarar el importante papel de los bioestimulantes microbianos en la determinación de la calidad de las bayas de uva y en la provocación de cambios bioquímicos en las vides.
El estudio permitió aclarar y detallar el papel crucial que desempeña la inoculación de bioestimulantes basados en hongos micorrízicos arbusculares, en el mantenimiento de las actividades fotosintéticas y fisiológicas y en la modulación de la calidad de la fruta en vides en condiciones de crecimiento no óptimas.
Curiosamente, destacan en la publicación que este es el primer trabajo que compara los efectos de siete tratamientos diferentes basados en micorrizas sobre la respuesta de la vid tanto a nivel de planta como de fruto.
Los investigadores detallan también el papel específico que desempeñan los diferentes bioestimulantes a la hora de proporcionar resiliencia a las plantas y modular el perfil fitoquímico de las bayas, y por ello, comentan que se necesitan investigaciones futuras para confirmar estos hallazgos en otros cultivares.
Puede revisar el estudio completo aquí.