Macapá es una ciudad brasileña conocida como la “Capital del Medio del Mundo” por ser la única ciudad de ese país cortada por la línea del Ecuador. Su costa bañada por el río más caudaloso del mundo, el Amazonas, y su buena ubicación para observar los equinoccios de primavera y otoño, la convierten es un destino atractivo para turistear. Ahora también se ha convertido en reservorio del ingrediente activo de un bioinsecticida para varias especies de moscas de la fruta.
Esto porque Embrapa, la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, desarrolló un insecticida microbiológico basado en el hongo Metarhizium anisopliae, aislado en suelo de la región amazónica de Macapá, que según los investigadores, ataca varias especies de moscas de la fruta. Una de ellas es la plaga cuarentenaria Bactrocera carambolae, de importancia económica y que en noviembre pasado provocó que el gobierno brasileño decretara emergencia fitosanitaria en el norte del país por su presencia.
PLAGAS DE IMPORTANCIA ECONÓMICA
Como se obtuvo de medio amazónico, los científicos destacaron que el microorganismo es ideal para controlar las moscas de la fruta que se dan en ambientes tropicales. El activo tecnológico también ha demostrado su eficacia en el control de Anastrepha fraterculus, Ceratitis capitata y Bactrocera dorsalis, plagas de importancia económica en la fruticultura.
De acuerdo con Embrapa, el bioinsecticida es el primer producto formulado con el hongo Metarhizium anisopliae para el control de la Bactrocera carambolae. Su aplicación se hace directamente en el suelo, donde elimina al insecto. Los resultados han demostrado que, en condiciones de campo, el porcentaje de control conseguido fue elevado, alcanzando hasta el 87%. Además de no ser tóxico, es un producto libre de residuos que no supone riesgos para el medio ambiente y actúa contra las larvas, pupas y adultos de la plaga que aún se encuentran en el suelo.
Una parte importante de los adultos que logren salir de suelos tratados estará infectada, muriendo antes de completar su periodo de preoviposición, sin la posibilidad de producir descendencia.
Actualmente el producto se encuentra a la espera de socios del sector privado interesados en producirlo y comercializarlo. Embrapa ofrece la posibilidad de realizar nuevos estudios para ampliar la vida útil del producto y pruebas adicionales contra otras especies de insectos de importancia económica. “El uso de esta formulación de microorganismos para el control de Bactrocera carambolae es una posibilidad real, ya que demuestra una eficacia de control significativa y facilidad de producción a escala comercial”, dijo el investigador de Embrapa, Adilson Lopes Lima.
Las similitudes filogenéticas y los ciclos vitales de las plagas objetivo también pueden favorecer la expansión a otros mercados potenciales. “Bactrocera carambolae es una especie que forma parte del complejo Bactrocera dorsalis, con unas 85 especies genéticamente muy próximas”, dijo Lima.