En un país donde la biodiversidad late en cada rincón, medir el impacto económico de la naturaleza ya no es solo un deseo. Por ello, recientemente el Banco Central del Ecuador (BCE) presentó oficialmente la Cuenta Satélite de Bioeconomía, una herramienta estadística pionera que promete reconfigurar la manera en que el país entiende y planifica su economía verde.
Una de las cifras más impactantes del informe inaugural fue que en 2023 la bioeconomía —junto a sus sectores extendidos— representó aproximadamente el 22% del Producto Interno Bruto (PIB) del Ecuador. ¿Qué incluye esta cifra? Desde la producción agrícola hasta la biotecnología y la gestión sustentable de recursos, pasando por alimentos orgánicos y el aprovechamiento sostenible de la biodiversidad.
Vale destacar que, la Cuenta Satélite de Bioeconomía no surge en el vacío. Es fruto de una colaboración interinstitucional entre el Banco Central, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, y el apoyo técnico-financiero de la Agencia Francesa de Desarrollo y el Fondo de Inversión Ambiental Sostenible.
Su metodología se basa en los estándares de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), lo que garantiza precisión y comparabilidad a nivel regional. Con este enfoque, Ecuador se convierte en un referente, siendo uno de los primeros países en sistematizar este tipo de mediciones en América Latina.
Pero más allá de las cifras, el impacto de esta cuenta es estratégico. Permite visibilizar sectores clave, fortalecer la planificación económica y orientar las políticas públicas hacia la sostenibilidad. Según el gerente general del BCE, Guillermo Avellán, esta nueva capacidad de medición “facilita la atracción de inversiones y la formulación de estrategias de diversificación productiva, reduciendo la dependencia del petróleo”, dice y destaca que, en 2023, el sector bioeconómico generó miles de empleos y activó economías locales, especialmente en zonas rurales.
Finalmente, el BCE ya anticipó que la Cuenta Satélite de Bioeconomía será actualizada de forma anual. Esto permitirá monitorear la evolución del sector, detectar tendencias y evaluar el impacto de las políticas públicas con datos concretos.