Diez años atrás, la empresa agroindustrial piurana Ecosac construyó el laboratorio de producción de biocontroladores con la visión de abordar los problemas fitosanitarios en sus propios cultivos. Tras alcanzar un volumen significativo de producción, la compañía ha dado un paso más al ofrecer sus cuatro productos, que incluyen Bacillus subtilis, Trichoderma, y dos consorcios microbianos llamados Ecobacter y Dbacter, a terceros. Con este avance, Ecosac se convierte en la primera empresa agrícola no solo en producir entomopatógenos para su uso interno, sino también en ofrecerlos a otras agroindustrias.
Además de sus propiedades de control sanitarios, estos microorganismos tienen como finalidad descomponer materia orgánica, fijar nitrógeno, estimular el crecimiento de los cultivos y proteger las raíces. Además, los microorganismos como Trichoderma y Bacillus subtilis tienen la particularidad de ser nativos.
En un video compartido a través de sus redes sociales, Dennis Núñez, jefe de laboratorio y seguimiento nutricional de la empresa, proporcionó detalles sobre los volúmenes de producción que les permiten destinar 12 millones de litros a sus propios cultivos y 1,5 millones de litros a otras empresas agrícolas. Además, destacó que Dbacter es el producto más solicitado por los fundos.
“Trichoderma es uno de los hongos con mayores propiedades que existe para la agricultura. En el caso de nuestros clientes externos, Ecosac tiene más de 20 clientes agroindustriales. El producto de mayor venta y que está con todos nuestros clientes es Dbacter. Somos la primera empresa que ha generado un negocio a partir de este desarrollo”, resalta Núñez.
El plan estratégico de la producción de microorganismos se destina para las 6000 hectáreas de la firma que cultiva uva de mesa, paltos, limón Tahití y pimientos. El despacho interno de los entomopatógenos se hace a través del reparto con cisternas, actividad que tiene un programa establecido por estaciones y cultivos, explica el jefe del laboratorio.