América Latina es una región especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático: mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, cambios en los patrones de lluvia y aumento de las temperaturas han sido notorios en los últimos. Esto, en una región que el campo representa en torno al 12% del PIB de la región, en donde se producen alimentos que son exportados a todo el mundo.
Esto son dos de los principales factores que han llevado al desarrollo del uso de microrganismos para llevar a cabo una agricultura sustentable en América Latina. Así lo señala la bioquímica uruguaya Susana Castro-Sowinski, quien hizo una editorial sobre las características que ha tenido este proceso en la región en la revista Environmental Sustainability. Bajo el título “From the past to the new era, Latin America shows a sustainable view of microorganisms for agricultural and ecological uses“, Castro-Sowinski presenta una visión integral del uso sostenible de microorganismos en la agricultura en América Latina y los países del Caribe. La autora resalta la importancia de las prácticas agrícolas sostenibles en estos países, respaldadas por el uso de microorganismos en la agricultura y el intercambio de experiencias y conocimientos entre los países de habla hispana.
La autora señala que en los últimos años, los países de América Latina y el Caribe (LAC) han avanzado significativamente en el campo de la biotecnología, invirtiendo en investigación y desarrollo, promoviendo la innovación y colaboración entre la academia, la industria y los organismos gubernamentales. Si bien señala que en comparación con los países de América del Norte, Europa e Israel, la inversión en ciencia y tecnología en los países de LAC es muy baja, “los investigadores nunca dejaron de adoptar la biotecnología, fomentar las capacidades de investigación e innovación y alentar la colaboración entre universidades, instituciones de investigación y empresas privadas, lo que ha llevado a avances en el campo”.
Esto, señala la autora se ha visto entre diferentes industrias. “Brasil, Chile, México y Argentina han invertido en la producción biofarmacéutica, incluida la genómica, la investigación con células madre y los diagnósticos moleculares, y Brasil se destacó en la producción de biocombustibles, siendo líder mundial en la producción de etanol a base de caña de azúcar”, explica.
LOS ENFOQUES QUE IMPULSAN EL AVANCE
Parte de eso se ha visto reflejado en la biotecnología agrícola. En un inicio, estos esfuerzos estuvieron en la adopción de cultivos genéticamente modificados, adoptando cultivos biotecnológicos como la soja, el maíz y el algodón. Ahora, la relevancia del sector agrícola de la biotecnología está aumentando con un enfoque en: (a) mejora de cultivos, que incluye el desarrollo de cultivos genéticamente modificados con rasgos mejorados, como mayor resistencia a plagas, enfermedades y condiciones ambientales adversas; (b) conservación de la biodiversidad; recordemos que LAC alberga diversos ecosistemas y una amplia variedad de especies vegetales y animales; (c) crecimiento económico y comercio, adoptando la biotecnología agrícola para aumentar la productividad agrícola y crear nuevas oportunidades de mercado, principalmente para cultivos como la soja, el maíz y el algodón; (d) resistencia al cambio climático, ya que LAC es vulnerable a los impactos del cambio climático, incluidos eventos climáticos extremos, cambios en los patrones de lluvia y aumento de las temperaturas; por ejemplo, el desarrollo de cultivos tolerantes a la sequía o la identificación de microorganismos que mejoran el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés ayudarán a los agricultores a lidiar con la escasez de agua; (e) agricultura sostenible, ofreciendo oportunidades para prácticas agrícolas más sostenibles, como el uso de microorganismos nativos y/o cultivos genéticamente modificados resistentes a plagas para reducir la dependencia de pesticidas químicos, lo que conlleva a menores impactos ambientales, entre otros.
Sobre el cambio climático, la autora sostiene que el desarrollo de cultivos tolerantes a la sequía o la identificación de microorganismos que mejoren el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés ayudan a los agricultores a lidiar con la escasez de agua. El artículo también enfatiza la importancia de prácticas agrícolas sostenibles, como el uso de microorganismos nativos y cultivos genéticamente modificados resistentes a las plagas, para reducir la dependencia de pesticidas químicos y disminuir los impactos ambientales.
ÁREAS DE DESARROLLO
En su publicación, presenta varios ejemplos y casos en el documento para apoyar la visión sostenible de los microorganismos para usos agrícolas y ecológicos en América Latina. Algunos de los ejemplos y casos más relevantes son:
*El uso de hongos, bacterias y virus para mejorar la calidad del suelo, promover el crecimiento de las plantas y proteger los cultivos, que se conocen como “microbios agrícolas” y suelen ser ingredientes de bioestimulantes.
*La identificación de microbios que mejoran el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés para ayudar a los agricultores a hacer frente a la escasez de agua.
*El uso de microbios autóctonos y cultivos modificados genéticamente resistentes a las plagas para reducir la dependencia de los pesticidas químicos, con el consiguiente menor impacto ambiental.
*El desarrollo de cultivos tolerantes a la sequía o la identificación de microbios que mejoren el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés para ayudar a los agricultores a hacer frente a la escasez de agua.
*La integración de la producción y conservación de la biodiversidad, utilizando microbios nativos y sistemas de producción tradicionales, entre otros, por millones de agricultores y ganaderos involucrados en la producción de alimentos y servicios ecosistémicos en los países de ALC.
*El impacto del cambio climático en los agroecosistemas de los países de ALC, incluyendo eventos climáticos extremos, cambios en los patrones de precipitación y aumento de las temperaturas, y la necesidad de cuidar estos agroecosistemas.
EL VALOR DE LAS REDES DE COLABORACIÓN
La autora destaca la larga historia de los países de habla hispana en la actualización e intercambio de experiencias y conocimientos sobre aspectos básicos y aplicados de la microbiología agrícola. Argumenta que estas experiencias han contribuido a la sostenibilidad ambiental, centrándose en la preservación de recursos y el uso de microorganismos nativos para el desarrollo de bienes y servicios. “Los países de habla hispana tienen una larga historia de actualización e intercambio de experiencias y conocimientos sobre aspectos básicos y aplicados de la microbiología agrícola, lo que ha contribuido a la sostenibilidad ambiental”, escribe Castro-Sowinski.
El artículo también analiza la Asociación Latinoamericana de Rizobiología (ALAR), una asociación científica sin fines de lucro que promueve actividades relacionadas con la fijación biológica de nitrógeno y el uso de microorganismos que promueven el crecimiento de las plantas en países de América Latina y el Caribe. La autora argumenta que ALAR desempeña un papel crucial en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles en estos países, respaldadas por el uso de microorganismos en la agricultura.
El artículo concluye enfatizando la importancia de las prácticas agrícolas sostenibles en los países de América Latina y el Caribe, respaldadas por el uso de microorganismos en la agricultura y el intercambio de experiencias y conocimientos entre los países de habla hispana. La autora argumenta que estos países producen alimentos y servicios ecosistémicos para todas las regiones del planeta, con millones de agricultores y ganaderos involucrados en estas actividades. Sin embargo, la intensificación de las prácticas agronómicas va acompañada de la contaminación de tierras y fuentes de agua, lo que debe abordarse para garantizar la sostenibilidad de los agroecosistemas.