“Las micorrizas son los microorganismos más generosos del planeta”, sostiene Verónica Cirino, quien conoce de cerca los beneficios de esta simbiosis entre raíces de plantas y hongos formadores de micorrizas. La empresa de la que hoy es CEO, Atens, se especializa en microorganismos de uso agrícola -como las micorrizas-, buscando ofrecer soluciones eficaces y sostenibles para la industria agrícola.
Pero hace unos años era impensado desarrollar a escala industrial este tipo de productos con la calidad que se hace hoy. A principios de los 90 ya había algunas investigaciones sobre micorrizas en España. Fue un proyecto del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Cataluña, IRTA, el que llamó la atención de Nello Bonini y le sembró la idea de convertirlo en algo a mayor escala. Tras años de estudio, en 1994 nace Atens en Tarragona, España, impulsada por el aislamiento que hicieron junto al IRTA de la cepa exclusiva de micorriza Rhizoglomus irregulare BEG72.
Cuando en 2008 a Cirino le ofrecieron ser parte de una iniciativa con una visión pionera de la agricultura sostenible, no lo pensó dos veces y se sumó a la reestructuración de Atens, compañía que había creado Bonini como parte de un proyecto italiano. “Refundé la empresa con una identidad propia, siempre con un ADN muy científico de I+D. Retomamos la producción de micorrizas y la ampliamos a un hongo muy importante como es Trichoderma, del que también somos productores a escala industrial”.
Cirino sentó las bases de un sistema productivo y comercial que consolidó el proyecto, convirtiéndolo en una empresa innovadora y pionera en microorganismos de uso agrícola que actualmente comercializa sus soluciones en más de 20 países alrededor del mundo. Fue en ese momento también que pasaron de ser especialistas en micorrizas, para convertirse en expertos en microorganismos.
MICORRIZAS, TRICHODERMA, BACTERIAS Y CONSORCIOS
Con la diversificación de su investigación, Atens pudo llevar a cabo distintos desarrollos con micorrizas, Trichoderma, bacterias, extractos vegetales y combinaciones de éstos incluyendo aplicaciones como el tratamiento de semillas. . “Tenemos una línea llamada Microbial Mix, que son productos que mezclan micorrizas y Trichoderma en una misma formulación. Esto es posible porque en el proceso de selección de cepa, uno de los puntos que buscamos es que haya compatibilidad”, señala Javier Jofré, director de marketing y estrategia corporativa de Atens.
Lo que determina la eficacia es la cepa, ya que no todas las micorrizas, ni hongos ni bacterias tienen los mismos efectos en las plantas. En Atens se toman muy en serio el rendimiento de sus productos, por lo que la selección de la cepa de microorganismos es determinante para su comportamiento en los cultivos. “No se trata de cualquier micorriza o Trichoderma, la idea es encontrar una cepa que realmente destaque y tenga un potencial comercial”, explica Jofré, resaltando además la importancia de que se reproduzca eficazmente.
MÉTODO DE REPRODUCCIÓN ES DECISIVO EN LA CALIDAD DEL PRODUCTO
La producción de micorrizas se puede hacer ‘in vivo’ en campo abierto, ‘in vivo’ en condiciones de invernadero, y mediante propagación ‘in vitro’. Si bien cada método tiene sus ventajas, en Atens utilizan el método ‘in vivo’ en invernaderos de última generación. “Esto nos permite una solución muy competitiva para colonizar la planta. Producimos en mesas de acero inoxidable, en condiciones totalmente controladas, donde nuestros invernaderos funcionan como biorreactores para garantizar que no exista ningún tipo de contaminación”, indica Cirino.
En cuanto a la multiplicación de Trichoderma, una de las ventajas más importantes del sistema de reproducción de Atens, en biorreactor en medio sólido, es la vida útil del producto. Mientras las principales ofertas del mercado llegan hasta de seis meses, o requieren que el producto se mantenga refrigerado, la tecnología de Atens posibilita una duración de doce meses, que puede ser hasta 18 meses en refrigeración.
“Nuestro sistema de reproducción nos permite una alta concentración de UFC (unidades formadoras de colonias) por gramo de producto. No es lo mismo hablar de 10 elevado a 9 o 10 elevado a 8, porque estamos hablando de diez veces más concentración. Es lo que tratamos de transmitir al equipo técnico para que el mensaje llegue al productor final”, destaca Cristóbal Muñoz, director técnico de Atens.
Lo anterior es especialmente relevante para Atens dada su posición de distribuidor a nivel internacional. Su compromiso por mantener los productos en el mejor estado posible considera desde su salida de las instalaciones en Tarragona, hasta su llegada a los distintos países. “Aquí la vida útil de los productos, sumada a esporas de alta calidad debido al método de reproducción que se utilizó, es clave para que el producto sea comercialmente viable”, sostiene Jofré.
TRASPASAR EL CONOCIMIENTO TÉCNICO AL USUARIO FINAL
Como las soluciones de Atens llegan a algunos países mediante distribuidores, se dedican a informar a los equipos comerciales sobre las características de los distintos productos para que las puedan transmitir a los usuarios finales. “Hacemos mucho hincapié en la formación de los equipos técnicos de nuestro distribuidor. Al fin y al cabo lo que buscamos es optimizar la aplicación para que puedan maximizar los beneficios. Sabemos los beneficios que tienen nuestros productos, pero dependen mucho del manejo y de cómo se apliquen, eso es crucial”, destaca Muñoz.
Cuando un nuevo cliente llega a Atens, ponen el acento en saber interpretar la etiqueta del producto y la información, como el número de esporas por gramo de producto. “Puede que un agricultor vea que la etiqueta le dice que tiene 40 esporas por gramo y piense que está micorrizando su cultivo, pero es una concentración muy baja. En nuestros productos hablamos de 1.000 a 1.400 esporas por gramo”, contrasta el director técnico de Atens.
El ‘know-how’ de más de 30 años de Atens les ha permitido probar sus soluciones en distintos países y cultivos, lo que consideran como un conocimiento muy valioso para ellos. “Esto lo compartimos con nuestros colaboradores porque es importantísimo saber los momentos, las dosis, las limitaciones al aplicar los productos, su compatibilidad con químicos, y todo lo que pueda incidir en los efectos”, sostiene Jofré.
Como ejemplo, el tema del fósforo es muy incidente cuando se están incorporando hongos formadores de micorrizas. Cristóbal Muñoz sugiere restringir la aplicación de este elemento, ya que, si la planta lo encuentra disponible en altas cantidades, no secreta estrigolactona, una fitohormona que tiene como una de sus funciones activar la germinación de las esporas del hongo. “La planta dice: si tengo fósforo fácilmente disponible, ¿para qué voy a gastar energía en activar a la micorriza?”.
UNA DÉCADA EN ARGENTINA Y CHILE, PRONTO BRASIL
Atens tiene una presencia importante en América Latina hace más de 10 años, específicamente en Argentina y Chile, con sus soluciones basadas en Trichoderma y hongos formadores de micorrizas. Algo que observan a menudo es que actualmente hay muchos productos basados en microorganismos, pero muy pocos fabricantes. “Casi todos vienen del mismo o de unos pocos orígenes, y cuando hablamos de un producto de alta calidad, menos. Muchos productos declaran tener micorrizas pero en campo no logran sus efectos porque no tienen una I+D detrás de su formulación”, acota Jofré.
Aumentar su presencia en el continente tiene a Brasil como destino ineludible y así lo entienden en la compañía catalana, que está en proceso de registro para abrir una filial en el país. Mercados como México, Perú y Ecuador, son parte de los lugares donde esperan tener mayor presencia en el futuro próximo.
En 2023 Atens consiguió, tras ocho años de dedicación, el registro a nivel fitosanitario de su cepa propia de Trichoderma, tanto para Europa (EFSA) como Estados Unidos (EPA).
EL MOMENTO DE LOS MICROORGANISMOS PARA LA AGRICULTURA
En Atens entienden que los químicos son parte de los manejos de muchos productores, por lo que enfocan sus soluciones a la agricultura tradicional, es decir, con los resguardos y recomendaciones rigurosas que esto conlleva. “Se ha de encontrar el hueco para que los biológicos funcionen y el agricultor entienda la diferencia y vea motivos para hacer la transición”, señala Verónica Cirino.
La CEO agrega que las restricciones a algunos pesticidas han abierto la puerta para que la gente del agro se anime a probar biológicos. “En Europa se habla del ‘farm to fork’ y sus objetivos sostenibles para la agricultura del futuro. Hace unos años empezamos a notar que este cambio venía para quedarse como soluciones para el futuro, y las empresas, incluso las grandes químicas, lo reconocen”.
Sobre el futuro de Atens y la producción a gran escala de microorganismos de uso agrícola, Verónica Cirino subraya la trayectoria y ‘know-how’ alcanzado. “Ya son quince años que llevo el proyecto y cada año que pasa me siento realmente muy feliz de haber tomado esta decisión. Veo un momento muy protagonista para los productos basados en microorganismos y nos emociona mucho seguir investigando y trabajando para sacar nuevas soluciones”.
GRAN POTENCIAL DE CRECIMIENTO PRODUCTIVO
La producción de bioinsumos de Atens no enfrenta limitaciones, aclara Verónica Cirino. “Tenemos un terreno que nos permite seguir creciendo, cada año introducimos nuevos reactores y nuevos invernaderos. Nuestra capacidad está relacionada con la medida en que crecen nuestras oportunidades. Seguimos creciendo porque la calidad del producto es nuestra principal meta, aunque haya momentos difíciles, la calidad premia y seguimos encontrando nuevas oportunidades de colaboración”.