Las plagas como el cañero, el gorgojo negro o la mosca blanca han sido algunos de los principales impulsores en el uso de controladores biológicos en el campo peruano. Los intentos por reducir sus poblaciones en las áreas de cultivo llevó a que más de 100.000 hectáreas tuvieran la aplicación de estos insumos que usan a pequeños organismos y hongos como medio de control, en reemplazo de los pesticidas y fungicidas tradicionales.
Así lo informó el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), entidad dependiente del Ministerio de Agricultura y que promueve el uso de estos bioinsumos en Perú. De acuerdo a sus cifras, en el año 2021 el servicio atendió la liberación de controladores biológicos en un total de 101.910,5 hectáreas de cultivos.
El Control biológico, consiste en el uso de insectos, ácaros y microorganismos benéficos, llamados comúnmente agentes de control biológico (ACB), para limitar las plagas agrícolas que disminuyen directamente la producción, logrando evitar importantes pérdidas en el rendimiento de sus cultivos. Los más utilizados fueron Trichogrammas, Chrysoperlas, Beauveria bassiana y Trichoderma.
De acuerdo a Senasa, en el país hay 59 laboratorios que se encargan de producir los controladores biológicos, tanto de microorganismo, ácaros e insectos. Muchos de estos laboratorios son privados y un gran número pertenece directamente a empresas agroexportadoras, como Sociedad Agrícola Saturno, Agrokasa, Plantaciones El Sol, Sociedad Agrícola Virú, Beta, Proagro, entre otros. Adicionalmente, el Senasa también cuenta con un laboratorio que produce controladores para venderlos a pequeños productores de menos de 5 hectáreas.
Entre los cultivos beneficiados con la liberación de los controladores figuran la uva de mesa, cítricos, espárrago, palto, arándano, alcachofa, banano, caña de azúcar, kion, olivo, camu camu café, cacao, maíz, alfalfa, papa, arroz y frijol.
Según explica el Senasa, con estos contralodores se buscó reducir el nivel poblacional de plagas como cañero, mazorquero, broca, gorgojo negro, mosca blanca, cochinilla harinosa, pulgones, moho gris, alternaria, brazo negro, chupadera y pudrición de raíces.
La entidad sanitaria también certifica a evaluadores de plagas y controladores biológicos, quienes en sesiones teórico-prácticas reconocen y evalúan las plagas que dañan cultivos de importancia económica. A nivel nacional, son 1.082 los evaluadores que están reconocidos y certificados por la autoridad fitosanitaria.
Asimismo, ha brindado charlas a 19.970 pequeños productores para que conozcan más sobre el uso y beneficios de esta práctica amigable con el ambiente.