Hace décadas se viene advirtiendo una baja en las poblaciones de aves europeas, pero el efecto directo de la vida humana en dicho declive no se había cuantificado debido a la magnitud del estudio que supone. No obstante, un equipo de 51 investigadores de diversas disciplinas como ornitología, zoología, biología y ecología de toda Europa y Reino Unido, asumieron el desafío y llegaron a una conclusión alarmante: descubrieron que la principal causa del declive de las poblaciones de aves en esas zonas, es el uso de pesticidas y herbicidas en agricultura.
En el estudio, publicado en “Proceedings of the National Academy of Sciences”, evaluaron los efectos de cuatro grandes presiones antropogénicas. Dentro de ellas se incluye la intensificación agrícola, medida como la cubierta de granjas con altos aportes de pesticidas y fertilizantes; el uso del suelo con cambios en la cubierta forestal; la urbanización, y el cambio climático, cuantificado como cambio de temperatura. Todos estos factores se midieron sobre la dinámica espacio-temporal a gran escala de las poblaciones de aves.
Usando la mayor cantidad de datos disponibles, resultado de la combinación de estudios estandarizados de aves reproductoras realizados en 28 países entre 1980 y 2016, se propusieron tres objetivos:
1. Exponer la dinámica espaciotemporal a gran escala de las poblaciones de aves europeas a lo largo de 37 años;
2. Relacionarlas con la dinámica espacio-temporal global de las cuatro presiones en las últimas décadas, a partir de los análisis de tendencias y series temporales;
3. Investigar qué rasgos de las especies eran más propensos a verse afectadas positiva o negativamente.
Dentro de los hallazgos de la investigación, encontraron que el número de aves silvestres ha descendido un 25% tanto en Europa como en Reino Unido desde 1980. También descubrieron que las aves que han sufrido los mayores descensos poblacionales son las que se alimentan de invertebrados. Además observaron que las especies agrícolas fueron las más afectadas, con descensos de población de casi el 57% durante el periodo estudiado. En el mismo periodo, las poblaciones de aves urbanas disminuyeron casi un 28% y las de los bosques, casi un 18%.
Lo anterior los llevó a determinar que la intensificación agrícola es la principal presión negativa en la tendencia de las especies. Asimismo, la creciente urbanización y los cambios de temperaturas son factores que afectan negativamente la tendencia de las especies.
Si bien los estudios previos sobre este tema han significado un avance fundamental para comprender el declive de las poblaciones de aves a gran escala, el valor que los investigadores destacan de su trabajo es que “aporta dos avances críticos al medir la importancia relativa de cuatro presiones principales a gran escala y con estimaciones cuasi causales”.
Pese a que los investigadores admiten que los datos sobre el uso de insumos químicos son todavía escasos y no permiten comprender los mecanismos que subyacen a la relación que descubrieron, el estudio sí concluye que la agricultura intensiva es la presión más influyente al momento de explicar los cambios en la población de aves en las últimas décadas. Del mismo modo, la investigación sugiere que “el destino de las poblaciones de aves comunes europeas depende de la rápida implementación de cambios transformadores en las sociedades europeas, especialmente en la reforma agrícola”.
