Una combinación de residuos agrícolas y de la industria pesquera permitiría el modelo de economía circular al darle un nuevo uso a desechos pecuarios al tiempo que aumenta la vida útil de las frutas. Esto porque un equipo de investigadores del Instituto de Química de São Carlos de la Universidad de São Paulo (IQSC-USP) trabaja en una biopelícula comestible obtenida a partir de antioxidantes de cáscara de granada y quitosano derivado de calamar.
Diseñada para reducir la proliferación de hongos, conservar la textura, aroma y sabor de las fresas, la solución es escalable a otros productos hortofrutícolas.
En pruebas de laboratorio, los investigadores comprobaron que, a lo largo de 12 días de almacenamiento en refrigeración, las frutas recubiertas con la película presentaban un 11% menos de pérdida de peso y tardaban entre 6 y 8 días en empezar a contaminarse por hongos, en comparación con los cuatro días de las frutas no recubiertas con el material.
El trabajo se realizó con el apoyo de la Fundación de Investigación de São Paulo (FAPESP) y en colaboración con investigadores de Embrapa Instrumentação y de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar). Mirella Romanelli Vicente Bertolo, becaria postdoctoral de Embrapa Instrumentação y autora del estudio, explicó que tras la aplicación del recubrimiento lograron duplicar la vida útil de fresas refrigeradas y retrasar su deshidratación, preservando sus propiedades organolépticas.
APROVECHAMIENTO DE RESIDUOS
Dependiendo de la variedad, más del 40% de la granada es cáscara, que se pierde como desecho. La idea del equipo era aprovechar el residuo para obtener extractos ricos en compuestos fenólicos con actividad antioxidante y antimicrobiana.
Además, durante la investigación, los científicos desarrollaron una técnica que les permite extraer un 84,2% más de antioxidantes de la cáscara de granada. Esto llevó a que probaran la incorporación de antioxidantes de la granada a recubrimientos a base de gelatina y quitosano, polisacárido presente en el esqueleto de crustáceos como calamares, para proteger la fruta.
FRUTAS ALTAMENTE PERECIBLES
La idea de probar con fresas como sistema modelo para probar la eficacia de la película fue su alto índice de pérdidas en los mercados brasileños -y de gran parte del mundo- debido a su breve vida útil, de menos de una semana en refrigeración.
Además de los beneficios mencionados anteriormente, la solución demostró funcionar como una barrera a la entrada de microorganismos, a la pérdida de humedad y al intercambio gaseoso, modificando la respiración de la fruta. En otras palabras, el recubrimiento ralentiza el metabolismo de la fruta durante el periodo posterior a la cosecha, aumentando en consecuencia su vida útil.