El maíz tiene dos enemigos diminutos pero con un poder destructor impresionante: el gorgojo picudo de los cereales (Sitophilus zeamais), que poco a poco va picando el grano hasta hospedarse en su interior y allí deposita sus huevos abriéndole paso a su vez a otras especies como el gorgojo rojo de la harina (Tribolium castaneum) y algunos hongos que terminan de dañarlo.
Por ello, como una alternativa a los insecticidas comerciales, un grupo de químicos de la Universidad Nacional de Colombia encontró en los aceites extraídos de menta de palo, orégano de monte, eneldo y rudón, unas esencias “mágicas” para repeler el ataque de dos tipos de gorgojo que pican y dañan el grano del maíz desde adentro, acción que afecta hasta un 40% de la producción.
Como parte de un proyecto de regalías acerca de la búsqueda de soluciones frente a estas plagas en Fusagasugá, Arbeláez y Pasca, departamento de Cundinamarca, el investigador Andrés Germán Sierra, magíster en Química de la UNAL, desentrañó por qué la menta de palo, el orégano de monte o muña, el eneldo y el rudón tienen un efecto tan fuerte sobre los insectos, y encontró tres moléculas presentes en ellas que hacen que los aceites que producen naturalmente sean más fuertes ante la acción de estas plagas.

La producción de maíz se puede perder hasta en un 40 % por plagas de gorgojos.
UN HALLAZGO PROMETEDOR
En el Laboratorio de Productos Naturales Vegetales del Departamento de Química de la UNAL, el investigador estudió estas moléculas frente a un grupo de gorgojos. Primero extrajo los aceites esenciales de las plantas por medio de tres métodos: uno en el que se calentaban en un recipiente con agua para que los aceites salieran mediante vapor; otro en el que se calentaban las hojas de las plantas, pero se recolectaba lo que quedaba en el recipiente; y otro en el que el proceso de aumento de temperatura se realizaba en un microondas especializado.
Luego de obtenerlos, en un proceso para nada fácil, pues generalmente se necesita 1 kilo de planta para obtener 1 mililitro de aceite, el investigador puso en recipientes los gorgojos para ver si el aceite tenía o no un efecto. “Encontré que sí lo hay y es muy bueno, pues alcanzan a eliminar todos estos insectos plaga con casi la misma cantidad que se usaría de insecticida comercial, o sea unas 4 ppm, la medida necesaria para que los bichos desaparezcan o se alejen”, dice.
Así mismo, como parte del proyecto, se evalúo en laboratorio el desempeño de estas moléculas sobre bultos de maíz miniatura, ya que eran de apenas 1 kilo. Se logró eliminar el 100% de las dos poblaciones de gorgojos puestas sobre ellos, un hallazgo prometedor que ya está en fase de prefactibilidad, y que, a pesar de que los aceites tomen más tiempo en eliminarlos de lo que le tomaría a un insecticida comercial, sus beneficios a largo plazo son mayores, ya que se ha demostrado que genera resistencia ante plagas y el valor que los campesinos deben invertir para su implementación es similar.

El estudio puso a prueba los extractos de las plantas en los gorgojos.