Nicolás Real y Jaime Cisternas son dos biotecnólogos que se conocieron en sus días como estudiantes en la Universidad Mayor, Chile. Como parte de una tarea para el desarrollo de un emprendimiento, decidieron estudiar un problema importante para la industria cerecera, el cracking o partidura de los frutos, que hoy los tiene, respectivamente, como gerente general y CEO de EcoCropTech, la startup que formaron con la misión de desarrollar soluciones científicas para el sector agrícola.
“La cereza, por representar la mayor exportación frutícola de Chile, tiene mucho alcance en la prensa. Ahí nos dimos cuenta de que existía esta problemática, especialmente con las lluvias tardías en primavera, que no se estaba solucionando”, dice Cisternas sobre cómo conocieron el cracking. Primero estudiaron los productos disponibles en el mercado para prevenirlo y luego se familiarizaron con la fisiología del problema para ver cómo podían aportar desde sus conocimientos.
La partidura o cracking en cerezas es una de las principales preocupaciones para los productores, que les puede llevar a perder una parte importante de la cosecha. Se trata de la ruptura de los tejidos de la piel de la fruta, un problema cuya mejor solución es la prevención, por lo que la mayoría de los productos van en esa línea, con aplicaciones de compuestos químicos que reducen la absorción de agua. Otra medida es la utilización de techos o cubiertas, pero representan un alto costo, muchas veces inaccesible para los productores.
“Conversando con los mismos productores nos comentaron que la mayoría de los productos tenían efectos más cosméticos que funcionales sobre la fruta, entonces tomamos la problemática para ver cómo podíamos darle un enfoque más biotecnológico a la solución”, señala Cisternas. Así dieron con una solución que actualmente están patentado, con un multienfoque, desde lo micro hasta lo macro.
“Nuestra idea era crear una solución integral, que atendiera todas las aristas del problema”, explica Real. Comenzaron a desarrollar y probar formulaciones, hasta que dieron con una solución que les permitió postular a un capital estatal, Semilla Inicia de Corfo. “Nos adjudicamos el fondo y en base a eso logramos realizar las pruebas en laboratorio y campo, con simulación de lluvias y todo lo que nos llevó a tener resultados potentes para poder en el futuro estar en el mercado”.
ENSAYOS EN LABORATORIO Y EN CAMPO
Las pruebas en laboratorio las realizaron en las instalaciones de la universidad, que les dio la facilidad por ser Alumni (profesionales egresados de la casa de estudios). Hicieron ensayos de inducción de cracking, es decir, sumergir las cerezas en agua destilada para simular lluvias. En cuanto a las pruebas de campo, en Romeral, región del Maule, un productor les prestó árboles para que pudieran observar los efectos del producto frente a las partiduras, donde se enfocaron en dos variedades, Lapins y Santina.
Tanto en laboratorio como en campo probaron diferentes formulaciones, donde una destacó. En los árboles donde aplicaron la solución, solo el 1,49% del total de cerezas presentaron partiduras, en la temporada 2023, donde el registro nacional de pérdidas por cracking alcanzó entre un 15% y 20%. En la simulación en laboratorio con la metodología Christensen, las cerezas tratadas con su solución presentaron entre 6 y 8 veces menos partiduras frente a un producto disponible en el mercado, donde mantuvieron las cerezas sumergidas durante 20 horas.
UNA SOLUCIÓN ORGÁNICA PARA LA CEREZA
Aquashield Cherry es el nombre de la formulación orgánica que los biotecnólogos desarrollaron y patentaron – actualmente a la espera de la tramitación final-. Está diseñada para incorporarse en dos aplicaciones, una en color pajizo y otra cuando la cereza pinta
En general, los productos preventivos disponibles en el mercado actúan como barreras físicas frente a lluvias de 4 o 5 mm, pero una vez superado ese umbral, dejan de proteger la fruta. “Por eso nuestra innovación pasa por investigar el problema a nivel molecular y saber cómo se alteran los parámetros dentro de la cereza, para poder atacar el problema desde ahí”, explica Cisternas.
Por eso, Aquashield Cherry no solo cuenta con componentes hormonales, como calcio, muy usado en la industria para el cracking, sino que también incluye elementos para los atributos de la fruta, como una mayor flexibilidad de la cutícula, la reparación de microfisuras y de los trastornos fisiológicos que genera a nivel molecular, y suplementos propios de la cutícula para una mejor firmeza. Sobre esto, el gerente de la startup señala que “la membrana sí sirve, pero por sí sola no cubre todos los factores que suceden con el cracking. Por eso tratamos de cubrir todo lo que pasa en la cereza sin dejar de lado la membrana protectora”.
Desde EcoCropTech también buscan que la solución se convierta en una alternativa para todo tipo de productores, desde el más pequeño a grandes exportadoras, no como el caso de los techos que elevan considerablemente los costos por hectárea.
Si bien se trata de un producto desarrollado específicamente para la partidura de cerezas, sobre lo que han recibido buenos comentarios por parte de los productores, también les han mencionado mejoras en los grados Brix de la fruta y que observan árboles más vigorosos.

La primera aplicación de AquaShield Cherry se realiza cuando la fruta presenta un color pajizo.
NUEVOS FONDOS PARA CRECER
Tras el primer fondo, desde EcoCropTech postularon a su continuación, Semilla Expande, que cofinancia iniciativas para el crecimiento inicial y despegue comercial de startups, el que también se adjudicaron.
Además, recibieron el fondo Startup Ciencia de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, para promover el crecimiento y fortalecimiento de empresas de base científico-tecnológica en el país. Entre ambos fondos suman $182.883.333 pesos chilenos, unos US$190.000, que destinarán al crecimiento y posicionamiento comercial de la startup, desarrollo de soluciones y escalamiento de estas.
CONSOLIDARSE Y DESARROLLAR NUEVAS FORMULACIONES
El próximo paso para EcoCropTech, además de la confirmación de la patente, es hacer crecer el equipo de trabajo en diversas áreas, para consolidar su crecimiento y posicionarse como una solución para el cracking dentro de la industria cerecera nacional, algo que hasta el momento vienen haciendo entre los dos socios fundadores. “Por eso ahora incorporamos personal, con la contratación de una directora de proyecto para liderar la parte científica y técnica del proyecto, y estamos en búsqueda de personal comercial para avanzar en nuestro modelo de negocios”, señala el CEO.
Otro objetivo a corto plazo es avanzar en la difusión y transferencia de la información a los productores y potenciales usuarios, desarrollar la página web y avanzar en su estrategia comunicacional.
Además, como la temporada pasada la caída de agua fue significativamente menor a 2023, vieron la oportunidad de desarrollar nuevos productos para otros problemas de la industria y no quedarse como una empresa monoproducto. “Nos dimos cuenta de un problema común en todos nuestros clientes, que era el aborto o pasma. Vimos campos con árboles que produjeron la mitad de lo esperado, incluso casos donde no produjeron ni una sola cereza”, sostiene Nicolás Real sobre una situación que los llevó a enfocar sus esfuerzos en investigar este problema, para el cual ya cuentan con una serie de formulaciones enfocadas en el aspecto hormonal para su tratamiento.

La segunda aplicación del producto se realiza cuando la cereza pinta.