Una investigación realizada por científicos de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza (UNTRM), en el norte del Perú, identificó una nueva amenaza para las plantaciones de pino de esa zona del país: Glena bisulca, un lepidóptero cuyas larvas se alimentan de las hojas de los árboles, debilitándolas y afectando su crecimiento.
Los investigadores también hallaron un posible aliado en la lucha contra esta plaga: Trichophora melas, una mosca parasitoide que actúa como un enemigo natural de G. bisulca. Esta especie deposita sus huevos en las orugas de la polilla, lo que impide su desarrollo y reduce la población del insecto defoliador.
Según el estudio, el ataque de G. bisulca ha sido observado en plantaciones de pino en la región Amazonas, donde estos árboles son cultivados para la producción de madera y reforestación. Los daños incluyen la pérdida de follaje y una disminución en el vigor de los árboles, lo que podría afectar la productividad a largo plazo.
Fueron científicos del Instituto de Investigación para el Desarrollo Sustentable de Ceja de Selva (INDES – CES) de la UNTRM quienes estuvieron a cargo de la investigación, entre los años 2023 y 2024, durante dos brotes de plagas ocurridos en los distritos de Lonya Chico y Sonche. Para identificar las especies, utilizaron técnicas de caracterización morfológica e identificación molecular.

Mosca negra Thichophora melas, parasitoide de Glena bisulca. A, Adulto de T. melas en un pino; B, Pupas de G. bisulca parasitadas por T. melas (la flecha roja señala una pupa de T. melas ); C, Pupas de T. melas; D, vista dorsal (la flecha roja señala la mejilla blanca); E, vista aérea; F, vista ventral (las flechas rojas señalan calipteros).
AGENTE DE CONTROL BIOLÓGICO
Los investigadores destacaron la importancia de seguir estudiando el ciclo biológico de ambas especies para evaluar el potencial de T. melas como un agente de control biológico. En otros países, el uso de parasitoides ha demostrado ser una estrategia eficaz para el manejo de plagas forestales sin recurrir a pesticidas.
Además, recomendaron a los productores monitorear la presencia de G. bisulca en sus plantaciones y evitar prácticas que puedan afectar a los enemigos naturales de la plaga. La conservación de los ecosistemas cercanos podría favorecer la presencia de T. melas y contribuir al equilibrio ecológico.
Este hallazgo representa un avance en el conocimiento de las interacciones entre insectos en los bosques plantados del Perú y abre la puerta a estrategias de manejo integrado que podrían reducir el impacto de esta plaga en el sector forestal.