El consorcio PROTEUS anunció la puesta en marcha de la primera biorrefinería a escala industrial de algas pardas en el mundo, la que estará situada en Noruega y que tendrá como objetivo transformar la producción sostenible de ingredientes de base biológica, entre ellos los destinados al acondicionamiento del suelo y la bioestimulación.
Según informaron sus promotores, esta instalación mejorará la producción de ingredientes de origen biológico de Laminaria hyperborea, un recurso renovable europeo, sin explotar, que satisface la demanda global en los sectores de alimentos, piensos, cuidado personal e industrial.
A la cabeza del consorcio se encuentra Alginor Biorefinery, una empresa noruega de biotecnología marina que recolecta, refina y comercializa Laminaria con fines farmacéuticos y nutracéuticos. También lo integra Olmix Group, una empresa global especializada en el desarrollo y producción de soluciones biológicas para la agricultura, así como otras nueve compañías, entre las que se encuentran Hypomar, Vaess, Borregaard y Norsus.
SOSTENIBILIDAD Y TECNOLOGÍA DE PUNTA
El proyecto tendrá un presupuesto de 14,4 millones de euros para cuatro años, incluida una subvención de 9,6 millones de euros proveniente de la Empresa Conjunta para una Economía Circular de Base Biológica (CEB JU por sus siglas en inglés), una asociación creada por la Unión Europea y el Consorcio de Industrias de Base Biológica para financiar proyectos que promuevan las bioindustrias circulares en Europa.
En una nota de prensa difundida hace unos días, Alginor informó que el objetivo de la biorrefinería es producir más de 5.000 toneladas de insumos de alto valor biológico al año.
La nueva planta usará tecnología de punta para maximizar la utilización de la biomasa desde un 15% hasta un 100% sin productos químicos nocivos, como el formaldehído, lo que garantizará un uso eficiente del agua y la energía.
PROTEUS incorporará prácticas ecológicas, un uso optimizado del agua y la energía y un reciclaje extensivo, alineándose con los objetivos climáticos europeos al reducir la dependencia petroquímica y las emisiones de gases de efecto invernadero.
En la reunión inicial del consorcio, en Oslo, la responsable de CEB JU, Mónica Padella, sostuvo que el proyecto, “mediante la construcción de una biorrefinería única en su tipo, contribuirá a acelerar el despliegue en el mercado de soluciones innovadoras de base biológica basadas en la valorización de la biomasa acuática sostenible como materia prima y liberando el potencial de la economía azul de la UE”.