La Organización de las Naciones Unidas (ONU) financiará un proyecto de biotecnología con sede en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), provincia de San Juan, Argentina, que busca desarrollar un microorganismo capaz de eliminar el hongo responsable de la ocratoxina en pasas de uva, uno de los productos agrícolas más importantes en esta parte del país.
Debido a la alta fragilidad de la uva y su elevado contenido de azúcares, esta es susceptible a la contaminación por hongos que producen micotoxinas, entre ellas la ocratoxina A. Esta toxina es particularmente peligrosa por sus efectos cancerígenos, nefrotóxicos y teratogénicos.
El proyecto, en consecuencia, tiene como objetivo producir un microorganismo de biocontrol basado en levaduras que inhiba el crecimiento del hongo Aspergillus, principal responsable de la ocratoxina.
“Este hongo está presente en el sueño y contamina las pasas de uva. Su presencia en los productos destinados a exportación es un problema grave, ya que existen límites estrictos de ocratoxina en los mercados internacionales”, explicó la Dra. María Cristina Nally, líder del equipo científico.
El proyecto fue seleccionado por la ONU para recibir financiación a través del Fondo Fiduciario Pérez Guerrero para la Cooperación Sur-Sur, un programa que apoya proyectos de desarrollo sostenible en los países del llamado Grupo de los 77. Será conducido por la Dra. Nally y su equipo del Instituto de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ durante todo el 2025.
PREOCUPACIÓN COMERCIAL
Con 31.961 toneladas exportadas en 2023, por un valor de US$ 44,4 millones, San Juan es la principal provincia productora de pasas de uva en Argentina. Pero sus agricultores enfrentan restricciones comerciales debido a los severos controles establecidos por los países importadores, que exigen que las pasas no superen el límite máximo de 10 µg/kg de ocratoxina; de lo contrario, los cargamentos son rechazados y destruidos.
En el mundo, la contaminación por hongos productores de ocratoxina se controla mediante el uso de fungicidas químicos, los que, para muchos productores argentinos, tienen un costo elevado y representan un riesgo para la salud humana y del medio ambiente. Hasta el momento, en San Juan no existen en el mercado productos biológicos ni químicos registrados para controlar este problema.