Si bien Nicaragua avanza poco a poco en el uso de productos biológicos, el interés de las empresas locales y extranjeras por este tipo de tecnologías cada vez es mayor. Así lo destaca Julio Quezada de Agroalfa. “En Nicaragua estamos dando los primeros pasos en cuanto a productos biológicos”, dice y añade que, en el país hay mucho entusiasmo por las empresas locales y fabricantes de otros orígenes, que están buscando socios estratégicos para el correcto desarrollo y posicionamiento de los productos.
“Hoy Nicaragua tiene un reto y es que mucha de su agroindustria es de exportación, entonces se tiene la presión de la carga química y eso genera una oportunidad”, dice Quezada, en un país donde la matriz productiva se basa en cultivos de exportación como maní, caña de azúcar y café y otros cultivos de consumo local como arroz u hortalizas.
En línea con esto, resalta que, para un tema de seguridad alimentaria o de certificaciones, los productos biológicos tienen cabida y posibilidades de crecimiento en el país.
“Hay que trabajar de la mano con las mejores soluciones para introducir estas tecnologías en Nicaragua”, sugiere, en un país donde hay muchos agricultores que siguen usando métodos tradicionales y son más reservados para conocer nuevas herramientas y ver el funcionamiento y la rentabilidad de ellas.
“Hay varios temas a trabajar para que estas soluciones sean factibles en el mediano plazo, por ejemplo, un tema de legislación y además, hay que hacer un trabajo fuerte con los agricultores. Creo firmemente que el tema de variabilidad climática permite oportunidades para el desarrollo de estos productos y a su vez la penetración de ellos y logre un balance con la carga química”, puntualiza.

