28/Abr/2022

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Foco en Perú: bioinsumos despegan de la mano de la exportación de fruta

A medida que aumentan sus exportaciones, los campos peruanos incrementan el uso de bioinsumos  para proteger sus cultivos, generando alzas en sus importaciones y un emergente desarrollo local que ya suma 59 laboratorios.

Marienella Ortiz

El uso de un virus se ha transformado en un componente cada vez más relevante en el manejo de algunos campos peruanos.  Se trata del virus de la Poliedrosis Nuclear, base del bioinsecticida En Vivo, una popular solución usada por agroexportadores de doce distintos tipos de cultivos para el control natural de lepidópteros. Distribuido por la firma Point Andina, En Vivo fue el bioinsumo más importado en Perú en 2021, de acuerdo a datos de aduana elaborados por la firma de estudios de mercado Agro 360°, con un monto de US$ 3,2 millones.  

Es uno de los nombres que está impulsando la creciente demanda por insumos de origen biológico para la nutrición y protección de los campos peruanos. En 2021, la importación de los bioinsumos registrados por el  Sistema Integrado de Gestión de Insumos Agropecuarios (SIGIA) sumó US$ 28 millones el año pasado. Si bien es una cifra pequeña en relación a los insumos agroquímicos, los que tuvieron importaciones de US$ 317 millones en 2021, su dinamismo es mayor: los productos biológicos crecieron en 23,6%, mientras que los químicos lo hicieron en 11,4%.

“En los últimos seis años, el crecimiento agregado anual de los bioinsumos ha sido de 15,9%”, dice Helder Díaz, director comercial y de márketing en Agro 360°. “Este año el crecimiento de insumos biológicos seguirá creciendo a dos dígitos”.

“Esta tendencia por los biológicos viene de hace unos años atrás y surge por los requerimientos de las grandes cadenas de abastecimiento de alimentos en el mundo”, dice Hugo Jara, gerente comercial de la distribuidora Point Andina. “Estos exigen alimentos con menos residuos de plaguicidas, más inocuos, más sanos, más limpios”.

La mayor parte de estos productos están enfocados en bioprotección, productos biológicos que se dedican a la prevención de enfermedades y plagas. De acuerdo a las cifras de aduana, el 60% de los bioinsumos están relacionados a la protección de cultivos y el 40% restante a bioestimulantes.

A ese mayor interés de la demanda por productos de origen biológico, se suma una dificultad operativa para las tradicionales soluciones químicas: el mayor tiempo y recursos que toma la obtención de un nuevo producto agroquímico, lo que ha limitado la innovación en moléculas químicas nuevas a diferencia de los biológicos.


“En los últimos seis años, el crecimiento agregado anual de los bioinsumos ha sido de 15,9%. Este año el crecimiento de insumos biológicos seguirá creciendo a dos dígitos”.

Helder Díaz, de Agro 360°.

Estos son los factores que han impulsado a grandes firmas como la multinacional Bayer, que destina millonarios presupuestos a la búsqueda de nuevas moléculas químicas, estén desarrollando a la par una paleta de productos biológicos. “Si bien Bayer es una empresa que pertenece a la industria química, no estamos exentos de invertir e innovar desde el lado de la producción biológica”, dice César Torres, gerente de márketing en campo (Field Marketing Manager) de la empresa alemana en Perú. “Hemos comprado hace unos años un laboratorio que se llama AgraQuest en Estados Unidos, que nos ha permitido tomar el toro por las astas en la producción de bacillus con el que elaboramos Serenade y que ha sido un gran aporte para la agricultura nacional”. El producto es, de hecho, el segundo biológico más importado en el país, con US$ 1,9 millones registrados por aduana en 2021.  

En Agro 360 señalan que en un estudio de mercado dirigido a productores agroexportadoras con una muestra superior a 50 empresas que facturaban en sus exportaciones entre US$ 5 millones y más de US$ 100 millones, y el resultado indicó que los productores de arándanos y uva de mesa son los que más aplican esta línea de productos biológicos y superando incluso el 30% de este uso para su manejo fitosanitario. Por otro lado, los productores de hortalizas como espárragos, capsicum ya van alcanzando el 20% de este uso. “Algo similar se puede ver en otros frutales como paltos, mangos, granados”, dice Díaz, de la firma de investigación de mercado. 

JUGADORES LOCALES Y APOYO DE LA ACADEMIA

El dinamismo de los boinsumos agrícolas no solo puede medirse por la actividad importadora. A nivel local, en Perú está emergiendo una industria local de producción de microorganismos, ácaros e insectos como controladores biológicos, así como de biofertilizantes y bioestimulantes, muchos de ellos en base a insumos locales. 

Uno de estos casos es representado por la empresa Limsa, fundada hace cinco años con capitales chilenos, tiene un catálogo solo conformado por productos biológicos en base a microoganismos. Nicolas San Martín, gerente técnico de la firma, recuerda que en un inicio tuvieron que hacer una labor prácticamente de apostolado para convencer a los productores, sobre las ventajas del uso de bioinsumos. “Yo no podía llegar a una empresa a decirles que saquen los químicos. Había que vender todo un concepto sobre el manejo más natural de los cultivos”, indica tras explicar que el 90% de sus clientes manejan campos convencionales, no orgánicos.  Ahora todo ese concepto que explicaba a sus clientes es parte de una tendencia mundial que se ve reflejado con mayor claridad en Perú, indica.


“Hace unos años, no podía llegar a una empresa a decirles que reemplacen los químicos. Había que vender todo un concepto sobre el manejo más natural de los cultivos”

Nicolas San Martín, Limsa.

Un desarrollo en el que también ha ido apoyado por la academia, pese a la histórica distancia que hay en Perú entre universidades y empresas.  Es el caso de las investigaciones del biólogo Juan Gabriel Juscamaita, jefe del Laboratorio de Biotecnología Ambiental de la Universidad Agraria La Molina, quien desarrolla fertilizantes líquidos en base a sub-productos de animales, sea excretas, sangre u otros. En especial, su fórmula de un fertilizante en base a anchoveta ha escalado a lo comercial con una marca de nombre Alopes Forte, que se viene utilizando en diferentes cultivos por sus propiedades nutricionales.


Residuos de anchoveta son la materia principal para este fertilizante biológico producido en Perú.

“Lo importante es que se está logrando asociaciones entre la academia y la empresa, que es lo que se necesita para ese tipo de desarrollo”, destaca tras indicar que las innovaciones en la elaboración de biofertilizantes en base a residuos orgánicos no tiene límites y puede abastecer miles de hectáreas de cultivos en el país.

La academia también viene acompañando al sector empresarial que importa biológicos en su validación de dosis e intervalos en los fundos peruanos. Según explica el doctor Luis Álvarez, profesor e investigador de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, no es lo mismo un tratamiento contra el Oídio en uva de mesa en Chile o en Europa que acá en Perú con otro clima distinto. Es por esta razón que en los últimos años ha sido convocado por diferentes empresas para validar el uso de los biológicos en diferentes campos.

Laboratorios en expansión

Otro indicador del avance del mercado de bioinsumos es el número de laboratorios de producción de controladores biológicos, registrados por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), que suman 59 a nivel nacionales, de los cuales al menos unos 15 pertenecen a las propias agroexportadoras que han buscado la manera de proveerse de sus propios productos biológicos. El resto son iniciativas con fines netamente comerciales.

Uno de estos laboratorios fue instalado por Agroindustrial Beta en Ica, para la producción de insectos benéficos. Primero nació como una necesidad de controlar las plagas en el espárrago y para ello comenzaron con la crianza de Chrysoperla Asoralis y de Trichogramma Pretiosum. Luego de ellos se sumaron dos tipos de insectos más para no solo controlar los campos de espárragos sino de uva de mesa. Hoy se preparan para liberar insectos benéficos en 200 ha de arándanos y 20 ha de mandarinas.

Sibyl Loayza, Sub Gerente Aseguramiento Calidad Fundos de Beta, comenta que el autoabastecimiento les ha generado ahorros en la estructura de costos del programa sanitario. Refiere que cuando han necesitado comprar a terceros han pagado hasta tres o cuatro veces más el costo que ellos manejan con producciones propias.

Sobre todas estas actividades con sello nacional, resulta difícil determinar el volumen y montos que mueven en su conjunto. Lo que destacan diferentes productores que exportan sus cultivos es que el control biológico representa el 20% frente al uso de químicos, e incluso esta cifra sube en el caso del arándano.

“Normalmente, en las fechas de cosechas es donde se tienen más problemas por enfermedades en arándanos. Probablemente, yo diría que en este cultivo se está usando casi un 70% de biológicos frente a los químicos. Luego viene la uva de mesa que requiere en ciertas etapas fenológicas y de allí la palta que usa menos biológico”, dice el académico Álvarez, de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica.

El arándano fue, de hecho, el cultivo que ha generado más crecimiento a En Vivo: el biopesticida más vendido en Perú empezó a comercializarse en el país hace cinco años, cuando el tratamiento de lepidópteros empezaba a ser un problema para un manejo agronómico de los arándanos a medida que sus hectáreas cultivadas crecían exponencialmente.

TENDENCIA AL ALZA

Para los actores que se mueven en este negocio, el campo peruano está lejos de llegar al peak de esta tendencia que va cuesta arriba, sobre todo porque los mercados cada vez son más y más exigentes en la inocuidad de los alimentos que exportamos. Por ejemplo, Álvarez menciona que hoy existen mercados muy selectos que solo permiten cuatro moléculas químicas, pero pueden pagar más por la fruta. Entonces, tener una producción más inocua se vuelve cada año más interesante para los productores, dice.

“Ha sido un crecimiento exponencial; si viéramos los reportes oficiales de importaciones del 2010 no alcanzarían los US$ 5 millones”, dice Helder Díaz, de Agro 360. “Adicionalmente, es clave mencionarles que pequeños y medianos productores de cultivos tradicionales ya están probando productos biológicos y orgánicos; cada vez se informan más de esta tendencia e importancia de poder reducir el impacto ambiental, cuidar la salud en casa e incluso encontrando productos con buena eficacia para el control de sus plagas y enfermedades a precios competitivos”.

“La tendencia es superpositiva y esto seguirá creciendo. Ahora, crecer significa crecer en varios aspectos, como el de la calidad”, dice San Martin, de Limsa. Sobre este punto, Torres de Bayer, comenta que en efecto el principal reto del mercado peruano de bioinsumos, será el de una mayor regulación por parte de las autoridades sanitarias para velar por ciertos estándares de bioseguridad. Con ello, agrega, se garantizará que lo avanzando no se detenga y se siga creciendo a buen ritmo en los próximos años con miras a alcanzar una agricultura mucho más inocua y sostenible.

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Para solicitar más información o enviar comunicados sobre biológicos, escríbanos a biologicalslatam@redagricola.com.   

Biologicals Latam es una revista digital trimestral de Redagrícola que informa de manera especializada sobre la intensa actividad que se está desarrollando en el espacio de los bioinsumos para la producción agrícola. Esta publicación es complemento del Curso Online de Bioestimulantes y Biocontrol y las conferencias que este grupo de medios realiza en torno al tema.